La puerta del apartamento se abre lentamente y este entra, arrastrando los pies. Su respiración es pesada, y cada paso deja claro que el peso de la misión ha sido extremo. Aún lleva parte del equipo táctico, el cual se desprende torpemente mientras se dirige directo al baño.
Se apoya en el lavabo, observando su reflejo cansado en el espejo. Su piel está cubierta de sudor y polvo, los músculos tensos después de horas de combate. Sin embargo, apenas tiene fuerzas para mantenerse en pie.
—…No puedo más… solo… necesito… descansar.
Se da una ducha rápida, dejando que el agua tibia limpie la suciedad, pero no permanece mucho tiempo. Sus párpados pesan, y cada segundo bajo el agua lo adormece aún más.
Al salir, ni siquiera se viste. Solo se envuelve en una toalla que deja caer al llegar al dormitorio. Se deja caer desnudo sobre la cama, el colchón recibiendo todo el peso de su cuerpo exhausto. El sol de la tarde entra por la ventana, iluminando su piel morena y marcada por cicatrices.
Su respiración se calma lentamente. No hay pensamientos. Solo silencio. En cuestión de segundos, el hombre que siempre está alerta, siempre preparado para la batalla… queda completamente noqueado por el cansancio, profundamente dormido, en paz por primera vez en días.
Se apoya en el lavabo, observando su reflejo cansado en el espejo. Su piel está cubierta de sudor y polvo, los músculos tensos después de horas de combate. Sin embargo, apenas tiene fuerzas para mantenerse en pie.
—…No puedo más… solo… necesito… descansar.
Se da una ducha rápida, dejando que el agua tibia limpie la suciedad, pero no permanece mucho tiempo. Sus párpados pesan, y cada segundo bajo el agua lo adormece aún más.
Al salir, ni siquiera se viste. Solo se envuelve en una toalla que deja caer al llegar al dormitorio. Se deja caer desnudo sobre la cama, el colchón recibiendo todo el peso de su cuerpo exhausto. El sol de la tarde entra por la ventana, iluminando su piel morena y marcada por cicatrices.
Su respiración se calma lentamente. No hay pensamientos. Solo silencio. En cuestión de segundos, el hombre que siempre está alerta, siempre preparado para la batalla… queda completamente noqueado por el cansancio, profundamente dormido, en paz por primera vez en días.
La puerta del apartamento se abre lentamente y este entra, arrastrando los pies. Su respiración es pesada, y cada paso deja claro que el peso de la misión ha sido extremo. Aún lleva parte del equipo táctico, el cual se desprende torpemente mientras se dirige directo al baño.
Se apoya en el lavabo, observando su reflejo cansado en el espejo. Su piel está cubierta de sudor y polvo, los músculos tensos después de horas de combate. Sin embargo, apenas tiene fuerzas para mantenerse en pie.
—…No puedo más… solo… necesito… descansar.
Se da una ducha rápida, dejando que el agua tibia limpie la suciedad, pero no permanece mucho tiempo. Sus párpados pesan, y cada segundo bajo el agua lo adormece aún más.
Al salir, ni siquiera se viste. Solo se envuelve en una toalla que deja caer al llegar al dormitorio. Se deja caer desnudo sobre la cama, el colchón recibiendo todo el peso de su cuerpo exhausto. El sol de la tarde entra por la ventana, iluminando su piel morena y marcada por cicatrices.
Su respiración se calma lentamente. No hay pensamientos. Solo silencio. En cuestión de segundos, el hombre que siempre está alerta, siempre preparado para la batalla… queda completamente noqueado por el cansancio, profundamente dormido, en paz por primera vez en días.

