Luna de sangre
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ππ€π‘ ππ€π£: Valentino y Lucifer πΎπππππ πΈππππππππππ
ππͺπππ§: π²πππππππ πππππππππ ππ π»ππππππ πΌππππππππππ, ππππππππ.
OΚα΄ α΄Ι΄ α΄ α΄ Κα΄sα΄α΄α΄sα΄α΄: Vox, Lucifer y Valentino.
No le fue difícil hackear la seguridad del lugar, a fin de cuentas también pertenecía a Vox Tek. Por lo que enseguida se apareció en la misma estancia de quien, a otrora fue su amigo.
—Hace mucho que no nos veíamos, Lucifer.—saludó, saliendo de entre las sombras, para al menos, tener la cortesía de intercambiar algunas palabras con quien iba a ser su víctima. Suya y de Tino. Su gesto era de resignación, mirando de arriba abajo al rubio, avanzando hacia él con los brazos tras la espalda y su paso tranquilo. Sabedor de que en primeras no iba a ser atacado y en segundas, el rey infernal se encontraba demasiado debilitado para defenderse. Y es que olía, su refinado olfato se encontraba prácticamente emborrachado por el hedor de las Fedro o as, y su piel sentía el calor que el ángel caído irradiaba. Lo que no hacía más que enervar aquellos instintos predatorios que siempre ocultaba en pos de emanar una fachada de elegancia y perfección.
Vox inspiró hondo y finalmente suspiró.
—Una lástima que, esta vez no estoy aquí para tomar café.—y en ese momento se desactivaron todas las defensas del castillo y las puertas se abrieron, pues debía dejar entrar a un último invitado—.Si no, por el último capricho de Tino—presentó con un gesto de la mano cuando este entrase—. Y ya sabes que sin importar que, los deseos de Valentino son mi prioridad—y aquello casi sonó como una disculpa, casi. Pues si eso iba a hacer feliz a su querido Tino, no se iba a arrepentir.
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OΚα΄ α΄Ι΄ α΄ α΄ Κα΄sα΄α΄α΄sα΄α΄: Vox, Lucifer y Valentino.
No le fue difícil hackear la seguridad del lugar, a fin de cuentas también pertenecía a Vox Tek. Por lo que enseguida se apareció en la misma estancia de quien, a otrora fue su amigo.
—Hace mucho que no nos veíamos, Lucifer.—saludó, saliendo de entre las sombras, para al menos, tener la cortesía de intercambiar algunas palabras con quien iba a ser su víctima. Suya y de Tino. Su gesto era de resignación, mirando de arriba abajo al rubio, avanzando hacia él con los brazos tras la espalda y su paso tranquilo. Sabedor de que en primeras no iba a ser atacado y en segundas, el rey infernal se encontraba demasiado debilitado para defenderse. Y es que olía, su refinado olfato se encontraba prácticamente emborrachado por el hedor de las Fedro o as, y su piel sentía el calor que el ángel caído irradiaba. Lo que no hacía más que enervar aquellos instintos predatorios que siempre ocultaba en pos de emanar una fachada de elegancia y perfección.
Vox inspiró hondo y finalmente suspiró.
—Una lástima que, esta vez no estoy aquí para tomar café.—y en ese momento se desactivaron todas las defensas del castillo y las puertas se abrieron, pues debía dejar entrar a un último invitado—.Si no, por el último capricho de Tino—presentó con un gesto de la mano cuando este entrase—. Y ya sabes que sin importar que, los deseos de Valentino son mi prioridad—y aquello casi sonó como una disculpa, casi. Pues si eso iba a hacer feliz a su querido Tino, no se iba a arrepentir.
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ππ€π‘ ππ€π£: [ember_silver_hare_973] y [LuciHe11]
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α΄ Κα΄sα΄α΄α΄sα΄α΄: Vox, Lucifer y Valentino.
No le fue difícil hackear la seguridad del lugar, a fin de cuentas también pertenecía a Vox Tek. Por lo que enseguida se apareció en la misma estancia de quien, a otrora fue su amigo.
—Hace mucho que no nos veíamos, Lucifer.—saludó, saliendo de entre las sombras, para al menos, tener la cortesía de intercambiar algunas palabras con quien iba a ser su víctima. Suya y de Tino. Su gesto era de resignación, mirando de arriba abajo al rubio, avanzando hacia él con los brazos tras la espalda y su paso tranquilo. Sabedor de que en primeras no iba a ser atacado y en segundas, el rey infernal se encontraba demasiado debilitado para defenderse. Y es que olía, su refinado olfato se encontraba prácticamente emborrachado por el hedor de las Fedro o as, y su piel sentía el calor que el ángel caído irradiaba. Lo que no hacía más que enervar aquellos instintos predatorios que siempre ocultaba en pos de emanar una fachada de elegancia y perfección.
Vox inspiró hondo y finalmente suspiró.
—Una lástima que, esta vez no estoy aquí para tomar café.—y en ese momento se desactivaron todas las defensas del castillo y las puertas se abrieron, pues debía dejar entrar a un último invitado—.Si no, por el último capricho de Tino—presentó con un gesto de la mano cuando este entrase—. Y ya sabes que sin importar que, los deseos de Valentino son mi prioridad—y aquello casi sonó como una disculpa, casi. Pues si eso iba a hacer feliz a su querido Tino, no se iba a arrepentir.
Tipo
Grupal
LΓneas
Cualquier lΓnea
Estado
Disponible
8
turnos
1
maullido