Tenlo en cuenta al responder.
—Así que los rumores son ciertos… Llega el exterminio —murmuró, mientras acariciaba el filo de su gran hacha, un arma forjada en las profundidades del averno. Su sonrisa retorcida revelaba colmillos afilados, y sus ojos, dos brasas encendidas, brillaban con una diversión sadica.
—Qué delicia… —susurró, imaginando la caza que se avecinaba. Se preguntaba cuántos pajaritos/angeles del cielo podría atrapar, cuántas almas podría devorar antes de que la luna se ocultara tras las nubes. Su mente se llenaba de imágenes de caos y desesperación, y cada pensamiento alimentaba su sed de sangre.
—Qué delicia… —susurró, imaginando la caza que se avecinaba. Se preguntaba cuántos pajaritos/angeles del cielo podría atrapar, cuántas almas podría devorar antes de que la luna se ocultara tras las nubes. Su mente se llenaba de imágenes de caos y desesperación, y cada pensamiento alimentaba su sed de sangre.
—Así que los rumores son ciertos… Llega el exterminio —murmuró, mientras acariciaba el filo de su gran hacha, un arma forjada en las profundidades del averno. Su sonrisa retorcida revelaba colmillos afilados, y sus ojos, dos brasas encendidas, brillaban con una diversión sadica.
—Qué delicia… —susurró, imaginando la caza que se avecinaba. Se preguntaba cuántos pajaritos/angeles del cielo podría atrapar, cuántas almas podría devorar antes de que la luna se ocultara tras las nubes. Su mente se llenaba de imágenes de caos y desesperación, y cada pensamiento alimentaba su sed de sangre.



