Un ruido sordo. Un eco inconfundible, los árboles estallan, truena la tierra con el desplome de las raíces. Y emerge entre la esposa niebla, arrastrando una enorme espada oxidada, un hedor desprende de sus fauces como a muerte, el aliento de una criatura enorme, colosal, hermosa pero peligrosa.

Su pelaje plateado y la máscara que oculta su identidad... ¿Quién era antes de perecer?. Nadie lo sabe. Su historia está perdida en el tiempo, en las tumbas, en los gritos, en nada.