DECISIONES
La notificación llegó al móvil como siempre: un mensaje sin nombre, solo un número. “Se necesita personal para un contrato en Siria. Pago inmediato. Responder antes de una semana.”
Thalya dejó el teléfono boca abajo sobre la mesa de la cocina y se quedó mirándolo como si fuera a explotar.
La cafetera seguía encendida y el aroma amargo llenaba la casa, pero ni siquiera le apetecía café.
En la barra, junto a la taza vacía, estaba el ordenador con todo lo que aún debia hacer con Masthian respecto a la cafetería.
Recordó su sonrisa cuando hablaron de qué música pondrían, de las paredes pintadas a mano. Recordó también sus manos, cálidas, que no conocían la pólvora ni el metal frío de un fusil.
Thalya suspiró y volvió a girar el móvil. El mensaje seguía ahí, claro y directo. El tipo de trabajo que podía pagar todo el proyecto en un mes, pero que también podía costarle la vida o algo peor.
Apoyó la frente contra el borde de la mesa.
—¿De verdad quiero seguir en esto…? —murmuró, sin esperar respuesta.
Imaginó a Masthian entrando por la puerta en ese momento, preguntándole qué pasaba, a pesar de que habían tenido un momento tenso hace unas horas. O incluso a alguno de sus amigos. ¿Les contaría la verdad? ¿O sonreiría fingiendo que solo estaba cansada?
La pantalla parpadeó con el mensaje.
Tenia una semana para decidir si seguía siendo la Thalya de siempre… o si intentaba ser otra distinta, aunque doliera y significara renunciar.
Thalya dejó el teléfono boca abajo sobre la mesa de la cocina y se quedó mirándolo como si fuera a explotar.
La cafetera seguía encendida y el aroma amargo llenaba la casa, pero ni siquiera le apetecía café.
En la barra, junto a la taza vacía, estaba el ordenador con todo lo que aún debia hacer con Masthian respecto a la cafetería.
Recordó su sonrisa cuando hablaron de qué música pondrían, de las paredes pintadas a mano. Recordó también sus manos, cálidas, que no conocían la pólvora ni el metal frío de un fusil.
Thalya suspiró y volvió a girar el móvil. El mensaje seguía ahí, claro y directo. El tipo de trabajo que podía pagar todo el proyecto en un mes, pero que también podía costarle la vida o algo peor.
Apoyó la frente contra el borde de la mesa.
—¿De verdad quiero seguir en esto…? —murmuró, sin esperar respuesta.
Imaginó a Masthian entrando por la puerta en ese momento, preguntándole qué pasaba, a pesar de que habían tenido un momento tenso hace unas horas. O incluso a alguno de sus amigos. ¿Les contaría la verdad? ¿O sonreiría fingiendo que solo estaba cansada?
La pantalla parpadeó con el mensaje.
Tenia una semana para decidir si seguía siendo la Thalya de siempre… o si intentaba ser otra distinta, aunque doliera y significara renunciar.
La notificación llegó al móvil como siempre: un mensaje sin nombre, solo un número. “Se necesita personal para un contrato en Siria. Pago inmediato. Responder antes de una semana.”
Thalya dejó el teléfono boca abajo sobre la mesa de la cocina y se quedó mirándolo como si fuera a explotar.
La cafetera seguía encendida y el aroma amargo llenaba la casa, pero ni siquiera le apetecía café.
En la barra, junto a la taza vacía, estaba el ordenador con todo lo que aún debia hacer con Masthian respecto a la cafetería.
Recordó su sonrisa cuando hablaron de qué música pondrían, de las paredes pintadas a mano. Recordó también sus manos, cálidas, que no conocían la pólvora ni el metal frío de un fusil.
Thalya suspiró y volvió a girar el móvil. El mensaje seguía ahí, claro y directo. El tipo de trabajo que podía pagar todo el proyecto en un mes, pero que también podía costarle la vida o algo peor.
Apoyó la frente contra el borde de la mesa.
—¿De verdad quiero seguir en esto…? —murmuró, sin esperar respuesta.
Imaginó a Masthian entrando por la puerta en ese momento, preguntándole qué pasaba, a pesar de que habían tenido un momento tenso hace unas horas. O incluso a alguno de sus amigos. ¿Les contaría la verdad? ¿O sonreiría fingiendo que solo estaba cansada?
La pantalla parpadeó con el mensaje.
Tenia una semana para decidir si seguía siendo la Thalya de siempre… o si intentaba ser otra distinta, aunque doliera y significara renunciar.
Tipo
Grupal
Líneas
Cualquier línea
Estado
Disponible
0
turnos
0
maullidos