Paz, al fin, paz.

Sin la elfa enana que haga preguntas, que quiera tocar sus libros.

Si comienza a creer en la existencia de un Dios, es ahora mismo cuando por fin en su mansión puede tener silencio.
Paz, al fin, paz. Sin la elfa enana que haga preguntas, que quiera tocar sus libros. Si comienza a creer en la existencia de un Dios, es ahora mismo cuando por fin en su mansión puede tener silencio.
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