Era una mocosa que no superaba los 3 años y le sorprendia un poco que ella estuviera tan decidida a estar cerca de el y Ethari, entendia que ellos eran como sus tíos, también comprendia que quisiera tanto a Ethari despues de todo el era muy gentil, además de genial, trataba a los niños con tanta gentileza pero el siempre era frio ademas de estricto, le daba miedo a cualquier infante, pero esa niña insistía en ser entrenada por el, era tan pequeña y rellenita, podria romperse un hueso o lastimarse si usaba dagas de verdad, asi que de alguna forma Runaan la convenció de que las ramitas serian las mejores aliadas para que aprendiera a usar las dagas, aunque sabia bien que con 3 años no aprenderia nada, solo wstaba concediendole un pequeño capricho.

— Suave Rayla, no fuerte. Lo que importa es la postura, no la fuerza— sus manos frias pero gentiles corrigieron con cuidado a la pequeña, estaba evitando sonreir o divertirse al ver que se ponia tan seria con esas dos ramitas entre sus manos, era adorable, ¿como una niña podía ser tan linda?, ¿cabia una posibilidad de dejar embarazado a Ethari y tener una niña tan bonita como Rayla?

Sus mejillas tomaron color al pensar en eso y sacudió con suavidad su cabeza.