-Ya que no podía cazar, se sentía desmotivado, hasta que olfateó un aroma que abre mi apetito. Guiado por el aroma, veo en la mesa de la cocina el cuerpo de un ciervo recién cazado. Sin pensarlo, me abalancé al cuerpo, empezando a devorarlo. Ya saciado su hambre y su instinto de caza, se puso a pensar en cómo premiar a sus esposos por consentirlo. Mientras lamía mis garras, todo el lugar estaba hecho un desastre. -
-Ya que no podía cazar, se sentía desmotivado, hasta que olfateó un aroma que abre mi apetito. Guiado por el aroma, veo en la mesa de la cocina el cuerpo de un ciervo recién cazado. Sin pensarlo, me abalancé al cuerpo, empezando a devorarlo. Ya saciado su hambre y su instinto de caza, se puso a pensar en cómo premiar a sus esposos por consentirlo. Mientras lamía mis garras, todo el lugar estaba hecho un desastre. -


