🌅 Un rincón para ti, Winter Carstairs … y todo lo que no sé decir con palabras 📍 Costa de Seúl | Atardecer
Fandom OC
Categoría Romance
El cielo comenzaba a teñirse de rosa, oro y violeta, como si el día también se estuviera preparando para algo especial.
La brisa del mar era templada, y se colaba entre los pliegues de la alfombra que Yunseok había colocado con cuidado sobre la arena.
No era un lugar cualquiera.
Y tampoco era una noche cualquiera.

Había decorado todo con un propósito claro: convertir aquel rincón escondido de la costa en un recuerdo inolvidable para ella.
Flores frescas, una mesa baja con los platos favoritos de Winter que él mismo había cocinado, velas aún apagadas aguardando su momento, y dos cojines donde el mundo, por fin, parecía tener sentido.

No se trataba de ostentación. Se trataba de amor. De ese que se construye con manos nerviosas y silencios compartidos.
Habían pasado treinta días desde que ella le dijo que sí, y él no pensaba dejar que ese primer mes se perdiera como uno más.

Sacó su móvil, con el corazón latiendo más fuerte de lo que admitiría.
Quería que ella viniera sin imaginar lo que encontraría. Que fuera un momento suyo, sin expectativas, sin aviso. Solo… ella llegando a él.

Tecleó sin pensar demasiado, dejando que hablara lo que sentía:

" Hola mi amor....
¿Estás libre ahora?
Me gustaría verte. Tengo algo que quiero mostrarte.
Es importante para mí.
Te espero ansioso. Aquí te mando la ubicación."

Envió el mensaje.
Guardó el móvil y se quedó quieto, con la mirada fija en el mar, mientras la brisa apagaba el ruido del mundo.
El cielo comenzaba a teñirse de rosa, oro y violeta, como si el día también se estuviera preparando para algo especial. La brisa del mar era templada, y se colaba entre los pliegues de la alfombra que Yunseok había colocado con cuidado sobre la arena. No era un lugar cualquiera. Y tampoco era una noche cualquiera. Había decorado todo con un propósito claro: convertir aquel rincón escondido de la costa en un recuerdo inolvidable para ella. Flores frescas, una mesa baja con los platos favoritos de Winter que él mismo había cocinado, velas aún apagadas aguardando su momento, y dos cojines donde el mundo, por fin, parecía tener sentido. No se trataba de ostentación. Se trataba de amor. De ese que se construye con manos nerviosas y silencios compartidos. Habían pasado treinta días desde que ella le dijo que sí, y él no pensaba dejar que ese primer mes se perdiera como uno más. Sacó su móvil, con el corazón latiendo más fuerte de lo que admitiría. Quería que ella viniera sin imaginar lo que encontraría. Que fuera un momento suyo, sin expectativas, sin aviso. Solo… ella llegando a él. Tecleó sin pensar demasiado, dejando que hablara lo que sentía: " Hola mi amor.... ¿Estás libre ahora? Me gustaría verte. Tengo algo que quiero mostrarte. Es importante para mí. Te espero ansioso. Aquí te mando la ubicación." Envió el mensaje. Guardó el móvil y se quedó quieto, con la mirada fija en el mar, mientras la brisa apagaba el ruido del mundo.
Tipo
Individual
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30
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