- Desde que era una niña pequeña amé el ballet, la gracia y elegancia con la que se movían, como si flotaran en el aire. Ser bailarina de ballet no era fácil, nunca lo fue, fueron horas y horas de prácticas, lágrimas derramadas debido al esfuerzo mental y físico que esto requería. Sin embargo, cuando me colocaba mis zapatillas, automáticamente todos mis problemas y estrés desaparecían, era liberador para mí bailar y hacer miles de piruetas, amaba estar en ese lugar.-
- Desde que era una niña pequeña amé el ballet, la gracia y elegancia con la que se movían, como si flotaran en el aire. Ser bailarina de ballet no era fácil, nunca lo fue, fueron horas y horas de prácticas, lágrimas derramadas debido al esfuerzo mental y físico que esto requería. Sin embargo, cuando me colocaba mis zapatillas, automáticamente todos mis problemas y estrés desaparecían, era liberador para mí bailar y hacer miles de piruetas, amaba estar en ese lugar.-

