Cuando se trata de felicidad nosotros mismos la creamos, la sentimos, la vivimos. ¿No lo ves?. Está ahí, en todas partes a tu alrededor. Lo único que tienes que hacer es aceptarla y fíjate, la encontrarás hasta en las cosas más sencillas de la vida. La encontrarás donde no la esperabas, la encontrarás cuando menos te la veías venir... Sólo tienes que permitirte saborearla, disfrutarla y vivirla como si fuera alguna clase de vírus pegajoso porque la verdad sí, la felicidad misma es algo contagiosa! Es rica, es hermosa, me encanta!