Mientras contemplaba la máscara arrugada entre sus dedos, el silencio se fusionaba con el distante murmullo de la ciudad. Mark sostenía aquella pieza desgastada de su uniforme con suavidad, como si la prenda llevase todo el peso de lo que había vivido. Finalmente, suspiró.
—"Universos paralelos... qué mierda." —pensó, con una mezcla de resignación y desdén.
—"¿En serio fue tan sencillo para ellos? Tomar el camino fácil, conquistar la Tierra y mandar sus vidas anteriores al carajo. —Su lengua chasqueó con un leve sonido de frustración mientras su mirada se perdía por unos breves instantes.
Cerró los ojos y se inclinó hacia delante, dejando descansar los codos en sus rodillas mientras ocultaba el rostro entre sus antebrazos. Fragmentos de recuerdos invadieron su mente: deteniéndose a sí mismo en una versión alterna que arrasaba una prisión y juró hacerle la vida miserable; él mismo con un Velo ensangrentado, enfrentando y destruyendo superhéroes que luchaban por defender la Tierra. Pero entre esos pensamientos, una imagen se alzó más perturbadora que todas: una versión suya devorando los restos de otros Marks en una dimensión desierta. Levantó su rostro por unos segundos y parpadeó varias veces, volviendo a la realidad, pero sin dejar de hacerse preguntas.
—¿Qué soy yo, entonces? —se cuestionó, mientras se puso a observar su reflejo distorsionado en los lentes de su mascara.
—"¿Y si todos estamos destinados a convertirnos en algo así? ¿Y si yo también...?" —No terminó su pensamiento. Se detuvo apenas un momento para ordenar el caos en su mente. Cerró los ojos nuevamente, respiró profundo, y los abrió con una mirada distinta. Era más firme, más decidida; la chispa de vida había regresado con intensidad.
—Puta madre, claro que no soy como ellos. —se colocó la máscara y se levantó. Su postura era sólida, fuerte, imperturbable.
—No importa cuántas versiones de mí hayan perdido el rumbo. Esa no es mi historia. Si ellas no sobrevivieron y yo sí, es porque yo soy...
Invencible.
—"Universos paralelos... qué mierda." —pensó, con una mezcla de resignación y desdén.
—"¿En serio fue tan sencillo para ellos? Tomar el camino fácil, conquistar la Tierra y mandar sus vidas anteriores al carajo. —Su lengua chasqueó con un leve sonido de frustración mientras su mirada se perdía por unos breves instantes.
Cerró los ojos y se inclinó hacia delante, dejando descansar los codos en sus rodillas mientras ocultaba el rostro entre sus antebrazos. Fragmentos de recuerdos invadieron su mente: deteniéndose a sí mismo en una versión alterna que arrasaba una prisión y juró hacerle la vida miserable; él mismo con un Velo ensangrentado, enfrentando y destruyendo superhéroes que luchaban por defender la Tierra. Pero entre esos pensamientos, una imagen se alzó más perturbadora que todas: una versión suya devorando los restos de otros Marks en una dimensión desierta. Levantó su rostro por unos segundos y parpadeó varias veces, volviendo a la realidad, pero sin dejar de hacerse preguntas.
—¿Qué soy yo, entonces? —se cuestionó, mientras se puso a observar su reflejo distorsionado en los lentes de su mascara.
—"¿Y si todos estamos destinados a convertirnos en algo así? ¿Y si yo también...?" —No terminó su pensamiento. Se detuvo apenas un momento para ordenar el caos en su mente. Cerró los ojos nuevamente, respiró profundo, y los abrió con una mirada distinta. Era más firme, más decidida; la chispa de vida había regresado con intensidad.
—Puta madre, claro que no soy como ellos. —se colocó la máscara y se levantó. Su postura era sólida, fuerte, imperturbable.
—No importa cuántas versiones de mí hayan perdido el rumbo. Esa no es mi historia. Si ellas no sobrevivieron y yo sí, es porque yo soy...
Invencible.
Mientras contemplaba la máscara arrugada entre sus dedos, el silencio se fusionaba con el distante murmullo de la ciudad. Mark sostenía aquella pieza desgastada de su uniforme con suavidad, como si la prenda llevase todo el peso de lo que había vivido. Finalmente, suspiró.
—"Universos paralelos... qué mierda." —pensó, con una mezcla de resignación y desdén.
—"¿En serio fue tan sencillo para ellos? Tomar el camino fácil, conquistar la Tierra y mandar sus vidas anteriores al carajo. —Su lengua chasqueó con un leve sonido de frustración mientras su mirada se perdía por unos breves instantes.
Cerró los ojos y se inclinó hacia delante, dejando descansar los codos en sus rodillas mientras ocultaba el rostro entre sus antebrazos. Fragmentos de recuerdos invadieron su mente: deteniéndose a sí mismo en una versión alterna que arrasaba una prisión y juró hacerle la vida miserable; él mismo con un Velo ensangrentado, enfrentando y destruyendo superhéroes que luchaban por defender la Tierra. Pero entre esos pensamientos, una imagen se alzó más perturbadora que todas: una versión suya devorando los restos de otros Marks en una dimensión desierta. Levantó su rostro por unos segundos y parpadeó varias veces, volviendo a la realidad, pero sin dejar de hacerse preguntas.
—¿Qué soy yo, entonces? —se cuestionó, mientras se puso a observar su reflejo distorsionado en los lentes de su mascara.
—"¿Y si todos estamos destinados a convertirnos en algo así? ¿Y si yo también...?" —No terminó su pensamiento. Se detuvo apenas un momento para ordenar el caos en su mente. Cerró los ojos nuevamente, respiró profundo, y los abrió con una mirada distinta. Era más firme, más decidida; la chispa de vida había regresado con intensidad.
—Puta madre, claro que no soy como ellos. —se colocó la máscara y se levantó. Su postura era sólida, fuerte, imperturbable.
—No importa cuántas versiones de mí hayan perdido el rumbo. Esa no es mi historia. Si ellas no sobrevivieron y yo sí, es porque yo soy...
Invencible.

