Pesadamente se pasó una mano por el cabello, su acento neoyorquino cortando el silencio mientras hablaba solo.
"Mira, hombre, no es mi culpa que este tipo se metiera en mi camino. Él eligió pelear, él eligió perder. Yo solo hice lo que hago, ¿verdad? Lo que siempre he hecho".
El sonido de sirenas lejanas lo sacó de sus pensamientos. La batalla no había terminado; otros héroes vendrían, y él estaría listo para aplastarlos. Pero mientras flotaba sobre los escombros, con el cuerpo del héroe todavía grabado en su mente, Shiesty Mark no pudo evitar dudar un segundo. Sacudió la cabeza, furioso consigo mismo.
"Estúpidas ideas de boy scout", siseó, apretando los puños hasta que los nudillos se volvieron blancos. "No hay lugar para eso en mi mundo. Ni en este". Pero mientras volaba hacia el cielo, dejando atrás el caos que había creado, el peso en su pecho no se aligeró. Y, por primera vez, Shiesty Mark no sentía victorioso.
"Mira, hombre, no es mi culpa que este tipo se metiera en mi camino. Él eligió pelear, él eligió perder. Yo solo hice lo que hago, ¿verdad? Lo que siempre he hecho".
El sonido de sirenas lejanas lo sacó de sus pensamientos. La batalla no había terminado; otros héroes vendrían, y él estaría listo para aplastarlos. Pero mientras flotaba sobre los escombros, con el cuerpo del héroe todavía grabado en su mente, Shiesty Mark no pudo evitar dudar un segundo. Sacudió la cabeza, furioso consigo mismo.
"Estúpidas ideas de boy scout", siseó, apretando los puños hasta que los nudillos se volvieron blancos. "No hay lugar para eso en mi mundo. Ni en este". Pero mientras volaba hacia el cielo, dejando atrás el caos que había creado, el peso en su pecho no se aligeró. Y, por primera vez, Shiesty Mark no sentía victorioso.
Pesadamente se pasó una mano por el cabello, su acento neoyorquino cortando el silencio mientras hablaba solo.
"Mira, hombre, no es mi culpa que este tipo se metiera en mi camino. Él eligió pelear, él eligió perder. Yo solo hice lo que hago, ¿verdad? Lo que siempre he hecho".
El sonido de sirenas lejanas lo sacó de sus pensamientos. La batalla no había terminado; otros héroes vendrían, y él estaría listo para aplastarlos. Pero mientras flotaba sobre los escombros, con el cuerpo del héroe todavía grabado en su mente, Shiesty Mark no pudo evitar dudar un segundo. Sacudió la cabeza, furioso consigo mismo.
"Estúpidas ideas de boy scout", siseó, apretando los puños hasta que los nudillos se volvieron blancos. "No hay lugar para eso en mi mundo. Ni en este". Pero mientras volaba hacia el cielo, dejando atrás el caos que había creado, el peso en su pecho no se aligeró. Y, por primera vez, Shiesty Mark no sentía victorioso.

