Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
Esto se ha publicado como Out Of Character.
Tenlo en cuenta al responder.
Para ti, madre de mi alma, que me llevaste en tu vientre durante nueve meses. Para ti, que soportaste los maltratos de mi padre para brindarme un hogar. Para ti, que te levantabas antes del amanecer para prepararme el desayuno, vestirme y llevarme a la escuela. Para ti, que me protegiste del mundo con amor, incluso con pocas herramientas, y me regalaste a tu propia madre para que continuara cuidando de mí cuando tú no podías.

Para ti, que buscando el bienestar y la ayuda de Dios, te metiste en la boca del lobo, que te atrapó por completo. Aun en tu desesperación, decidiste sacrificarte por mi bien y felicidad, a pesar de que te gritara, te golpeara y te ignorara mientras la bestia te devoraba en tu habitación.

Para ti, que encontraste la manera de ayudarme a salir del infierno en el que vivía, dándome razones para dejar la casa que llamé hogar durante 17 años, a costa de tu bienestar, dejando tu ser a merced de un monstruo que me desea.

Para ti, que llevas años dormida, crucificada como Jesucristo, sacrificándote por los pecados del mundo; gracias. Gracias por darme todo el amor que pudiste en vida, aunque en ese entonces no lo supe valorar. Gracias por preferir dar tu vida para salvar la mía, por amarme con un amor infinito que no dudaste en ofrecer, sacrificando tu alma para que yo pudiera ser feliz en esta vida.

Gracias, mamá, mi madre querida, por el amor infinito que solo una madre puede ofrecer. Perdóname por no haberte valorado y por haberte juzgado con rencor, perdóname por mi ceguera.

Si puedes oírme, madre, quiero decirte que te amo, quizás no tanto como tú a mí, ya que pongo en duda si sería capaz de entregar todo mi ser como tú hiciste por mí. Pero estoy muy agradecida por permitirme vivir, reír y llorar lejos del infierno, lejos de la boca del lobo que aún te desgarra entre sus dientes.

Quisiera poder hacer algo para salvar tu alma y evitarte el sufrimiento, pero no puedo... porque diste todo por mí, atándote a ese vampiro que consume tu alma en lugar de tu sangre. Quisiera regresar al infierno y sufrir junto a ustedes, al menos para compensarles por todo lo que hicieron por mí. Pero no puedo.

Ahora tengo dos personas que me necesitan, que requieren mi alegría y energía, que buscan el equilibrio que traigo a sus vidas. Tengo razones para vivir más allá de las exigencias del mundo, más allá de la depresión que casi me arrastra como lo hizo ese demonio contigo.

Madre mía, estas palabras nunca serán suficientes para agradecerte y llorar tu pérdida como te mereces, porque sí, esto es una pérdida. Tu cuerpo vive y respira, pero pertenece a alguien más, a algo que no eres tú. Desde tu primera crisis, supe que nunca regresarías... que te había perdido para siempre.

Solo tú, la bestia y Dios saben lo que ocurrió esa noche... Gracias a Él, no dormí contigo aquella vez. Te imagino desgarrándote por dentro, eligiendo salvarme a cambio de todo lo que significabas.

Gracias, mamá, por permitirme ser libre en esta vida; quizás en otras no lo fui, tal vez por eso te sacrificaste. Prometo valorar mi vida y mi tiempo, esforzarme por ser una mejor persona, crecer, tener éxito y hacer que esta vida que salvaste valga la pena.

Te amo, mamá...
Para ti, madre de mi alma, que me llevaste en tu vientre durante nueve meses. Para ti, que soportaste los maltratos de mi padre para brindarme un hogar. Para ti, que te levantabas antes del amanecer para prepararme el desayuno, vestirme y llevarme a la escuela. Para ti, que me protegiste del mundo con amor, incluso con pocas herramientas, y me regalaste a tu propia madre para que continuara cuidando de mí cuando tú no podías. Para ti, que buscando el bienestar y la ayuda de Dios, te metiste en la boca del lobo, que te atrapó por completo. Aun en tu desesperación, decidiste sacrificarte por mi bien y felicidad, a pesar de que te gritara, te golpeara y te ignorara mientras la bestia te devoraba en tu habitación. Para ti, que encontraste la manera de ayudarme a salir del infierno en el que vivía, dándome razones para dejar la casa que llamé hogar durante 17 años, a costa de tu bienestar, dejando tu ser a merced de un monstruo que me desea. Para ti, que llevas años dormida, crucificada como Jesucristo, sacrificándote por los pecados del mundo; gracias. Gracias por darme todo el amor que pudiste en vida, aunque en ese entonces no lo supe valorar. Gracias por preferir dar tu vida para salvar la mía, por amarme con un amor infinito que no dudaste en ofrecer, sacrificando tu alma para que yo pudiera ser feliz en esta vida. Gracias, mamá, mi madre querida, por el amor infinito que solo una madre puede ofrecer. Perdóname por no haberte valorado y por haberte juzgado con rencor, perdóname por mi ceguera. Si puedes oírme, madre, quiero decirte que te amo, quizás no tanto como tú a mí, ya que pongo en duda si sería capaz de entregar todo mi ser como tú hiciste por mí. Pero estoy muy agradecida por permitirme vivir, reír y llorar lejos del infierno, lejos de la boca del lobo que aún te desgarra entre sus dientes. Quisiera poder hacer algo para salvar tu alma y evitarte el sufrimiento, pero no puedo... porque diste todo por mí, atándote a ese vampiro que consume tu alma en lugar de tu sangre. Quisiera regresar al infierno y sufrir junto a ustedes, al menos para compensarles por todo lo que hicieron por mí. Pero no puedo. Ahora tengo dos personas que me necesitan, que requieren mi alegría y energía, que buscan el equilibrio que traigo a sus vidas. Tengo razones para vivir más allá de las exigencias del mundo, más allá de la depresión que casi me arrastra como lo hizo ese demonio contigo. Madre mía, estas palabras nunca serán suficientes para agradecerte y llorar tu pérdida como te mereces, porque sí, esto es una pérdida. Tu cuerpo vive y respira, pero pertenece a alguien más, a algo que no eres tú. Desde tu primera crisis, supe que nunca regresarías... que te había perdido para siempre. Solo tú, la bestia y Dios saben lo que ocurrió esa noche... Gracias a Él, no dormí contigo aquella vez. Te imagino desgarrándote por dentro, eligiendo salvarme a cambio de todo lo que significabas. Gracias, mamá, por permitirme ser libre en esta vida; quizás en otras no lo fui, tal vez por eso te sacrificaste. Prometo valorar mi vida y mi tiempo, esforzarme por ser una mejor persona, crecer, tener éxito y hacer que esta vida que salvaste valga la pena. Te amo, mamá...
Me entristece
1
0 comentarios 0 compartidos
Patrocinados
Patrocinados