Punto de inflexión
Freya Magrina
Yaciera la ajena en cama digna de nobles. El murmullo observaba desde la puerta.
Un rastro inequívoco, un corazón fracturado por el tiempo o por las experiencias. Una mente dubitativa, navegando entre la culpa y la resiliencia.
Se hizo presente, sin ruido. Las sombras no lo formaron, pues él ya estaba ahí. Una silueta negra que en un abrir y cerrar de ojos, sencillamente apareció.
El estruendoso silencio de una acción tan repentina sería suficiente para que el aire en la habitación cambiara.
El ambiente calmado repentinamente se volvió tenso para aquellos capaces de observarlo, que en este caso solo eran las órbitas rojas de la conocida como reina.
En la silueta, dos orbes blancos se hicieron presentes. Se inclinó, pues su altura no le permitía acomodarse. Hilos negros como seda cayeron, siendo estos el supuesto cabello de dicha figura y en silencio observó, esperando respuesta ajena.
Como siempre hacía...
Yaciera la ajena en cama digna de nobles. El murmullo observaba desde la puerta.
Un rastro inequívoco, un corazón fracturado por el tiempo o por las experiencias. Una mente dubitativa, navegando entre la culpa y la resiliencia.
Se hizo presente, sin ruido. Las sombras no lo formaron, pues él ya estaba ahí. Una silueta negra que en un abrir y cerrar de ojos, sencillamente apareció.
El estruendoso silencio de una acción tan repentina sería suficiente para que el aire en la habitación cambiara.
El ambiente calmado repentinamente se volvió tenso para aquellos capaces de observarlo, que en este caso solo eran las órbitas rojas de la conocida como reina.
En la silueta, dos orbes blancos se hicieron presentes. Se inclinó, pues su altura no le permitía acomodarse. Hilos negros como seda cayeron, siendo estos el supuesto cabello de dicha figura y en silencio observó, esperando respuesta ajena.
Como siempre hacía...
[haze_titanium_lizard_847]
Yaciera la ajena en cama digna de nobles. El murmullo observaba desde la puerta.
Un rastro inequívoco, un corazón fracturado por el tiempo o por las experiencias. Una mente dubitativa, navegando entre la culpa y la resiliencia.
Se hizo presente, sin ruido. Las sombras no lo formaron, pues él ya estaba ahí. Una silueta negra que en un abrir y cerrar de ojos, sencillamente apareció.
El estruendoso silencio de una acción tan repentina sería suficiente para que el aire en la habitación cambiara.
El ambiente calmado repentinamente se volvió tenso para aquellos capaces de observarlo, que en este caso solo eran las órbitas rojas de la conocida como reina.
En la silueta, dos orbes blancos se hicieron presentes. Se inclinó, pues su altura no le permitía acomodarse. Hilos negros como seda cayeron, siendo estos el supuesto cabello de dicha figura y en silencio observó, esperando respuesta ajena.
Como siempre hacía...
Tipo
Grupal
Líneas
Cualquier línea
Estado
Disponible
