Se había quedado inmerso durante toda la noche, recordando el como conoció a su esposo, como las cosas se fueron dando entre ambos y el tiempo que ya tenían juntos, pero mientras más y más se perdía en los recuerdos, seguía sin comprender algo.
¿Cómo nunca fue capaz de darse cuenta de la verdad?
Un humano, eso era lo que veía en él desde el primer día y, aunque sin duda había mucho que destacar de él por sobre los humanos comunes, no fue señal tampoco para decirle más de su naturaleza.
Las palabras de su suegro lo habían dejado pensando demasiado, todo lo que estaba pasando y el que su bebé lo consumiera al grado de casi matarlo, tenían demasiado sentido pero seguía negado a aceptarlo.
—Un exterminador de Adán... Me... enamoré de un exterminador...
La ironía era increíble, sumado a que su esposo tampoco parecía ser consciente de quien o que era y, sinceramente, le aterraba que lo fuera en algún punto, pues eso sería la ruina de la familia que apenas estaban formando.
¿Cómo nunca fue capaz de darse cuenta de la verdad?
Un humano, eso era lo que veía en él desde el primer día y, aunque sin duda había mucho que destacar de él por sobre los humanos comunes, no fue señal tampoco para decirle más de su naturaleza.
Las palabras de su suegro lo habían dejado pensando demasiado, todo lo que estaba pasando y el que su bebé lo consumiera al grado de casi matarlo, tenían demasiado sentido pero seguía negado a aceptarlo.
—Un exterminador de Adán... Me... enamoré de un exterminador...
La ironía era increíble, sumado a que su esposo tampoco parecía ser consciente de quien o que era y, sinceramente, le aterraba que lo fuera en algún punto, pues eso sería la ruina de la familia que apenas estaban formando.
Se había quedado inmerso durante toda la noche, recordando el como conoció a su esposo, como las cosas se fueron dando entre ambos y el tiempo que ya tenían juntos, pero mientras más y más se perdía en los recuerdos, seguía sin comprender algo.
¿Cómo nunca fue capaz de darse cuenta de la verdad?
Un humano, eso era lo que veía en él desde el primer día y, aunque sin duda había mucho que destacar de él por sobre los humanos comunes, no fue señal tampoco para decirle más de su naturaleza.
Las palabras de su suegro lo habían dejado pensando demasiado, todo lo que estaba pasando y el que su bebé lo consumiera al grado de casi matarlo, tenían demasiado sentido pero seguía negado a aceptarlo.
—Un exterminador de Adán... Me... enamoré de un exterminador...
La ironía era increíble, sumado a que su esposo tampoco parecía ser consciente de quien o que era y, sinceramente, le aterraba que lo fuera en algún punto, pues eso sería la ruina de la familia que apenas estaban formando.
