Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in sæcula sæculorum.
Fandom Lucifer/OC
Categoría Drama
La presencia de Michael en el mundo mortal, no era casualidad, podría interpretarse de muchas formas dependiendo de quién lo preguntara, ¿la verdad?, la verdad era que había pasado los últimos eones de su vida sirviendo a su padre con la única esperanza de lograr que, en algún momento, le permitiera ir a la Tierra a buscar esa parte suya que le hacía tanta falta, la parte de su ser que le fue desprendida cuando su hermano, su amor, su esencia, fue desterrado.
En la conciencia de Michael pesaba la culpa de haber negado el amor que sentía por Lucifer, de haber sido ejecutor y cómplice de la tortura a la que fue sometido su hermoso ángel por el único delito de haberlo amado más que a su padre y todo esto sólo por seguir siendo digno a los ojos de un padre quien no lo veía como un hijo, sino como uno más de sus soldados, el más fuerte y formidable de sus soldados, pero no un hijo.
Cada día Michael lloraba el amor que había perdido y estaba seguro de que tarde o temprano lograría encontrar el camino hacia su hermano y después de una eternidad, ahí estaba, frente a las puertas del sitio que Lucifer llamaba hogar sin atreverse a cruzarlas puesto que lo que veía a través del cristal, no era el hermoso ángel que él recordaba, no, era un...humano, un hombre maduro, eso sí, apuesto hasta morir, pero no era Lucifer, sólo era un recipiente. Aún así, el corazón de Michael se aceleró al verlo, su esencia divina ahí estaba, corrompida, sí, pero aún podía sentirla, su amado hermano aún estaba ahí.
Con pasos lentos ingresó en la habitación y se quedó a una distancia prudencial del demonio y lo miró con tristeza.

— Lucifer...ha pasado tanto tiempo...— dijo Michael sin atreverse a acercarse más.
La presencia de Michael en el mundo mortal, no era casualidad, podría interpretarse de muchas formas dependiendo de quién lo preguntara, ¿la verdad?, la verdad era que había pasado los últimos eones de su vida sirviendo a su padre con la única esperanza de lograr que, en algún momento, le permitiera ir a la Tierra a buscar esa parte suya que le hacía tanta falta, la parte de su ser que le fue desprendida cuando su hermano, su amor, su esencia, fue desterrado. En la conciencia de Michael pesaba la culpa de haber negado el amor que sentía por Lucifer, de haber sido ejecutor y cómplice de la tortura a la que fue sometido su hermoso ángel por el único delito de haberlo amado más que a su padre y todo esto sólo por seguir siendo digno a los ojos de un padre quien no lo veía como un hijo, sino como uno más de sus soldados, el más fuerte y formidable de sus soldados, pero no un hijo. Cada día Michael lloraba el amor que había perdido y estaba seguro de que tarde o temprano lograría encontrar el camino hacia su hermano y después de una eternidad, ahí estaba, frente a las puertas del sitio que Lucifer llamaba hogar sin atreverse a cruzarlas puesto que lo que veía a través del cristal, no era el hermoso ángel que él recordaba, no, era un...humano, un hombre maduro, eso sí, apuesto hasta morir, pero no era Lucifer, sólo era un recipiente. Aún así, el corazón de Michael se aceleró al verlo, su esencia divina ahí estaba, corrompida, sí, pero aún podía sentirla, su amado hermano aún estaba ahí. Con pasos lentos ingresó en la habitación y se quedó a una distancia prudencial del demonio y lo miró con tristeza. — Lucifer...ha pasado tanto tiempo...— dijo Michael sin atreverse a acercarse más.
Tipo
Grupal
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