El cielo nocturno brillaba con luces artificiales, y los rascacielos parecían competir por ver cuál tocaba primero las estrellas. En la azotea de un lujoso edificio, una fiesta exclusiva reunía a políticos, cazadores corporativos, traficantes de información y empresarios con sonrisas demasiado pulidas para ser honestas.

Y entre todos esos trajes caros y miradas ensayadas…

…estaba él.

Apoyado contra una baranda metálica, vestía un traje blanco impecable, camisa de rayas negras y grises, semiabierta, revelando parte de su pecho y clavícula, sin corbata, como si incluso eso lo incomodara. Su cabello largo avellana caía sobre su rostro, apenas movido por la brisa alta. Las pecas bajo sus ojos ámbar seguían allí, aunque ahora esos ojos tenían un brillo apagado, aburrido.

—Esto me pica… —murmuró para sí, bajando un poco el cuello del saco con molestia—. ¿Por qué no puedo venir con mi chaqueta de siempre? Al menos, es más ¿Por qué tengo que hacerlo yo?, no me gusta estar de "niñero"…

Alguien pasó cerca con una bandeja. Kyu tomó un canapé sin mirar. Le dio una mordida, lo saboreó, y suspiró.

—Ugh… ¿esto es pescado o perfume sólido?, y pensar que estoy aquí solo por qué hay una baratija que las arañas quieren.

El cielo nocturno brillaba con luces artificiales, y los rascacielos parecían competir por ver cuál tocaba primero las estrellas. En la azotea de un lujoso edificio, una fiesta exclusiva reunía a políticos, cazadores corporativos, traficantes de información y empresarios con sonrisas demasiado pulidas para ser honestas. Y entre todos esos trajes caros y miradas ensayadas… …estaba él. Apoyado contra una baranda metálica, vestía un traje blanco impecable, camisa de rayas negras y grises, semiabierta, revelando parte de su pecho y clavícula, sin corbata, como si incluso eso lo incomodara. Su cabello largo avellana caía sobre su rostro, apenas movido por la brisa alta. Las pecas bajo sus ojos ámbar seguían allí, aunque ahora esos ojos tenían un brillo apagado, aburrido. —Esto me pica… —murmuró para sí, bajando un poco el cuello del saco con molestia—. ¿Por qué no puedo venir con mi chaqueta de siempre? Al menos, es más ¿Por qué tengo que hacerlo yo?, no me gusta estar de "niñero"… Alguien pasó cerca con una bandeja. Kyu tomó un canapé sin mirar. Le dio una mordida, lo saboreó, y suspiró. —Ugh… ¿esto es pescado o perfume sólido?, y pensar que estoy aquí solo por qué hay una baratija que las arañas quieren.
0 turnos 0 maullidos
Patrocinados
Patrocinados