Era una noche llena de frias corrientes de aire que entraban por mi ventana, acompañada de la luz radiante de la luna que, el fondo de mis pensamientos, pedía que me ayudara a calmar este dolor, que me diera fuerzas para continuar con mi vida, pero la luna no hacía caso a mis plegarias, sin respuesta, sin una señal de que todo estaría bien, apoya su cara contra la cama para relajarse y que el brillo de su querida luna la bañara de buenos deseos.
Era una noche llena de frias corrientes de aire que entraban por mi ventana, acompañada de la luz radiante de la luna que, el fondo de mis pensamientos, pedía que me ayudara a calmar este dolor, que me diera fuerzas para continuar con mi vida, pero la luna no hacía caso a mis plegarias, sin respuesta, sin una señal de que todo estaría bien, apoya su cara contra la cama para relajarse y que el brillo de su querida luna la bañara de buenos deseos.
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