*Sosteniendo aquel oso de peluche con una amplia sonrisa saliéndoseme una lagrimilla secándola al poco con mi dedo índice, puse aquel osito en una vitrina cual trofeo colocándolo bien sentadito y con una notita en sus bracitos de quien me lo había regalado, admirando como quedaba en el salón y suspire alegremente* - Mi pequeña Ruby… aun equivocándote en ciertas palabras no dejas de ser una ternurita… pero es lo que te da ese encanto, ¿verdad? Atesorare este regalo para toda la eternidad~. *Girándome hacia [ruby_st3ven] para ponerme de cuclillas frente a ella y alborotar su pelo cariñosamente aun esbozando aquella amplia sonrisa de felicidad*