𝟎𝟗:𝟎𝟎 𝓟𝓜
═══════ ≪ •❈• ≫ ═══════
Esta noche colgué el uniforme.
Literalmente.
Por primera vez en mucho tiempo, me vi obligada —y no me quejo del todo— a usar un vestido elegante. Sin la estructura rígida de la vida militar envolviéndome los hombros. Solo tela suave, un par de tacones que ya me pesan y una sonrisa que, si bien diplomática… también es sincera.
El salón resplandece entre candelabros y reflejos dorados. Todos hablan, ríen, beben vino fino y lanzan miradas que lo dicen todo sin pronunciar palabra.
Yo camino entre ellos, no como soldado esta vez, sino como una dama más.
Y aunque una parte de mí aún se siente fuera de lugar sin su chaqueta azul oscuro, otra parte… se permite disfrutar.
¿Me reconocen? Tal vez no de inmediato.
Y, por una vez, me parece bien que así sea.
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Esta noche colgué el uniforme.
Literalmente.
Por primera vez en mucho tiempo, me vi obligada —y no me quejo del todo— a usar un vestido elegante. Sin la estructura rígida de la vida militar envolviéndome los hombros. Solo tela suave, un par de tacones que ya me pesan y una sonrisa que, si bien diplomática… también es sincera.
El salón resplandece entre candelabros y reflejos dorados. Todos hablan, ríen, beben vino fino y lanzan miradas que lo dicen todo sin pronunciar palabra.
Yo camino entre ellos, no como soldado esta vez, sino como una dama más.
Y aunque una parte de mí aún se siente fuera de lugar sin su chaqueta azul oscuro, otra parte… se permite disfrutar.
¿Me reconocen? Tal vez no de inmediato.
Y, por una vez, me parece bien que así sea.
𝟎𝟗:𝟎𝟎 𝓟𝓜
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Esta noche colgué el uniforme.
Literalmente.
Por primera vez en mucho tiempo, me vi obligada —y no me quejo del todo— a usar un vestido elegante. Sin la estructura rígida de la vida militar envolviéndome los hombros. Solo tela suave, un par de tacones que ya me pesan y una sonrisa que, si bien diplomática… también es sincera.
El salón resplandece entre candelabros y reflejos dorados. Todos hablan, ríen, beben vino fino y lanzan miradas que lo dicen todo sin pronunciar palabra.
Yo camino entre ellos, no como soldado esta vez, sino como una dama más.
Y aunque una parte de mí aún se siente fuera de lugar sin su chaqueta azul oscuro, otra parte… se permite disfrutar.
¿Me reconocen? Tal vez no de inmediato.
Y, por una vez, me parece bien que así sea.

