Daemyra estaba rota.

Así se veía su rostro cada vez que caminaba sola por los pasillos de la Fortaleza Roja.
Sus ojos perdidos, sus manos a sus costados, sus razgos faciales inclinados hacia abajo.

« No puedo, no debo demostrar debilidad. » — Pensaba ella.

Sin embargo, era difícil no encontrarla débil cuando estaba sin compañía ni entretenimiento.
Daemyra estaba rota. Así se veía su rostro cada vez que caminaba sola por los pasillos de la Fortaleza Roja. Sus ojos perdidos, sus manos a sus costados, sus razgos faciales inclinados hacia abajo. « No puedo, no debo demostrar debilidad. » — Pensaba ella. Sin embargo, era difícil no encontrarla débil cuando estaba sin compañía ni entretenimiento.
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