En los pantanos grises del valle de Othren, mis botas pesaban con cada paso. Hacía días que no hablaba con nadie; incluso los cuervos que me seguían en silencio parecían tener miedo de romper aquella quietud. Todo estaba gris, ahogado, parecia que los dioses hubiesen retirado su mirada hacía siglos. Ni los espectros rondaban ya este pantano incluso ellos conocían el precio del silencio aquí. Pero era el único camino para llegar al proximo reino, al menos por tierra.
Pero entonces, entre la podredumbre y las raíces dormidas, la vi. Una flor solitaria, alta, orgullosa e imposible. Sus pétalos eran de obsidiana traslúcida, que reflejaban destellos de un oro que no eran de este mundo. En su núcleo ardía una brasa azul, pero no crecía del suelo parecía surgida del agua misma, sostenida por un tallo de cristal negro que no se hundía ni flotaba.
No supe por qué me arrodillé, era como si ella hubiese tomado el control de mi cuerpo por un momento. Esa flor era como una reliquia viva, los hechiceros mas antiguos la llamaban "Elarianth", la Flor de los Ecos, pense que era una leyenda o un mito quizas. Según los antiguos, florecía solo cuando un alma errante se encontraba al borde del olvido.
¿A caso iba a caer en el olvido? Perdí la calma por un momento, hasta que pareció emitir sonidos, voces, risas, la sensación de hogar. Cuando la toqué, no se deshizo, una runa de luz se encendió en mi guantelete, ardiente, parecia grabar algo en fuego antiguo. No sé cuánto tiempo pasó. Solo sé que cuando volví en mí, la flor había desaparecido pero la runa no. La pude ver por unos segundos mas, era totalme te fuera de lugar, no naci con dotes magicos, pero desde ese momento cuando caigo en pensamientos oscuros, ese ardor vuelve a incrustarse en mi mano como una advertencia o al menos asi lo interpreto.
Pero entonces, entre la podredumbre y las raíces dormidas, la vi. Una flor solitaria, alta, orgullosa e imposible. Sus pétalos eran de obsidiana traslúcida, que reflejaban destellos de un oro que no eran de este mundo. En su núcleo ardía una brasa azul, pero no crecía del suelo parecía surgida del agua misma, sostenida por un tallo de cristal negro que no se hundía ni flotaba.
No supe por qué me arrodillé, era como si ella hubiese tomado el control de mi cuerpo por un momento. Esa flor era como una reliquia viva, los hechiceros mas antiguos la llamaban "Elarianth", la Flor de los Ecos, pense que era una leyenda o un mito quizas. Según los antiguos, florecía solo cuando un alma errante se encontraba al borde del olvido.
¿A caso iba a caer en el olvido? Perdí la calma por un momento, hasta que pareció emitir sonidos, voces, risas, la sensación de hogar. Cuando la toqué, no se deshizo, una runa de luz se encendió en mi guantelete, ardiente, parecia grabar algo en fuego antiguo. No sé cuánto tiempo pasó. Solo sé que cuando volví en mí, la flor había desaparecido pero la runa no. La pude ver por unos segundos mas, era totalme te fuera de lugar, no naci con dotes magicos, pero desde ese momento cuando caigo en pensamientos oscuros, ese ardor vuelve a incrustarse en mi mano como una advertencia o al menos asi lo interpreto.
En los pantanos grises del valle de Othren, mis botas pesaban con cada paso. Hacía días que no hablaba con nadie; incluso los cuervos que me seguían en silencio parecían tener miedo de romper aquella quietud. Todo estaba gris, ahogado, parecia que los dioses hubiesen retirado su mirada hacía siglos. Ni los espectros rondaban ya este pantano incluso ellos conocían el precio del silencio aquí. Pero era el único camino para llegar al proximo reino, al menos por tierra.
Pero entonces, entre la podredumbre y las raíces dormidas, la vi. Una flor solitaria, alta, orgullosa e imposible. Sus pétalos eran de obsidiana traslúcida, que reflejaban destellos de un oro que no eran de este mundo. En su núcleo ardía una brasa azul, pero no crecía del suelo parecía surgida del agua misma, sostenida por un tallo de cristal negro que no se hundía ni flotaba.
No supe por qué me arrodillé, era como si ella hubiese tomado el control de mi cuerpo por un momento. Esa flor era como una reliquia viva, los hechiceros mas antiguos la llamaban "Elarianth", la Flor de los Ecos, pense que era una leyenda o un mito quizas. Según los antiguos, florecía solo cuando un alma errante se encontraba al borde del olvido.
¿A caso iba a caer en el olvido? Perdí la calma por un momento, hasta que pareció emitir sonidos, voces, risas, la sensación de hogar. Cuando la toqué, no se deshizo, una runa de luz se encendió en mi guantelete, ardiente, parecia grabar algo en fuego antiguo. No sé cuánto tiempo pasó. Solo sé que cuando volví en mí, la flor había desaparecido pero la runa no. La pude ver por unos segundos mas, era totalme te fuera de lugar, no naci con dotes magicos, pero desde ese momento cuando caigo en pensamientos oscuros, ese ardor vuelve a incrustarse en mi mano como una advertencia o al menos asi lo interpreto.


