Creés conocer a alguien, como quien cree saber el mar desde la orilla.
Pero basta una marea, una tormenta, una grieta en su voz… Y de pronto entendés que solo habías visto la superficie.
Lo demás, lo real, estaba oculto bajo aguas profundas que nunca imaginaste.
Pero basta una marea, una tormenta, una grieta en su voz… Y de pronto entendés que solo habías visto la superficie.
Lo demás, lo real, estaba oculto bajo aguas profundas que nunca imaginaste.
Creés conocer a alguien, como quien cree saber el mar desde la orilla.
Pero basta una marea, una tormenta, una grieta en su voz… Y de pronto entendés que solo habías visto la superficie.
Lo demás, lo real, estaba oculto bajo aguas profundas que nunca imaginaste.
