— Me llamo Johan Liebdark.
Eso dicen.
Pero los nombres humanos no son más que ruido, intentos desesperados por contener lo incontenible.
(Levanta la vista, y sus ojos parecen cruzar dimensiones.)
— Ustedes…
se arrastran en busca de propósito, de sentido, de salvación.
Y cuando alguien como yo les ofrece ver el núcleo mismo de lo que son, se asustan.
Creen que soy un monstruo.
¿Pero saben qué?
Yo no los destruyo… los revelo.
Les quito el velo.
Les muestro su mejor versión… la más pura… la más honesta…
Aunque eso implique que se conviertan en algo que su mundo ya no pueda aceptar.
(Se acerca más al espejo. Una sombra se agita brevemente detrás de él. Johan sonríe, casi con lástima.)
—No vine a conquistarlos.
Vine a despertarlos.
Aunque me odien… aunque me teman…
aunque me quieran encerrar en palabras como “abominación”…
Yo seguiré.
Porque en el fondo, todos quieren ser libres.
Solo que no todos están listos para pagar el precio.
Eso dicen.
Pero los nombres humanos no son más que ruido, intentos desesperados por contener lo incontenible.
(Levanta la vista, y sus ojos parecen cruzar dimensiones.)
— Ustedes…
se arrastran en busca de propósito, de sentido, de salvación.
Y cuando alguien como yo les ofrece ver el núcleo mismo de lo que son, se asustan.
Creen que soy un monstruo.
¿Pero saben qué?
Yo no los destruyo… los revelo.
Les quito el velo.
Les muestro su mejor versión… la más pura… la más honesta…
Aunque eso implique que se conviertan en algo que su mundo ya no pueda aceptar.
(Se acerca más al espejo. Una sombra se agita brevemente detrás de él. Johan sonríe, casi con lástima.)
—No vine a conquistarlos.
Vine a despertarlos.
Aunque me odien… aunque me teman…
aunque me quieran encerrar en palabras como “abominación”…
Yo seguiré.
Porque en el fondo, todos quieren ser libres.
Solo que no todos están listos para pagar el precio.
— Me llamo Johan Liebdark.
Eso dicen.
Pero los nombres humanos no son más que ruido, intentos desesperados por contener lo incontenible.
(Levanta la vista, y sus ojos parecen cruzar dimensiones.)
— Ustedes…
se arrastran en busca de propósito, de sentido, de salvación.
Y cuando alguien como yo les ofrece ver el núcleo mismo de lo que son, se asustan.
Creen que soy un monstruo.
¿Pero saben qué?
Yo no los destruyo… los revelo.
Les quito el velo.
Les muestro su mejor versión… la más pura… la más honesta…
Aunque eso implique que se conviertan en algo que su mundo ya no pueda aceptar.
(Se acerca más al espejo. Una sombra se agita brevemente detrás de él. Johan sonríe, casi con lástima.)
—No vine a conquistarlos.
Vine a despertarlos.
Aunque me odien… aunque me teman…
aunque me quieran encerrar en palabras como “abominación”…
Yo seguiré.
Porque en el fondo, todos quieren ser libres.
Solo que no todos están listos para pagar el precio.

