(Mira por la ventana, con la luz de la luna reflejándose en sus ojos rojos)
— La noche… siempre tan honesta.
(Pausa breve)
— Es el único momento en que el mundo se calla... y yo puedo escucharme sin interrupciones.
(Cruza los brazos suavemente)
— En la oscuridad no finjo, no sonrío por cortesía. Solo soy. Y eso... basta.
(Mira por la ventana, con la luz de la luna reflejándose en sus ojos rojos)
— La noche… siempre tan honesta.
(Pausa breve)
— Es el único momento en que el mundo se calla... y yo puedo escucharme sin interrupciones.
(Cruza los brazos suavemente)
— En la oscuridad no finjo, no sonrío por cortesía. Solo soy. Y eso... basta.

