Pasaje oculto en el Torreón de Maegor
Fragmento encontrado detrás de un tapiz arrancado durante el reinado de Maegor III, escrito en tinta carmesí sobre pergamino ennegrecido. Se sospecha que fue copiado de un códice anterior proveniente de Lys.
“La pintura yace en la cámara más baja del Torreón, donde los dragones dormían sus últimos siglos y los huesos crujían al compás del olvido. No tiene firma, no tiene nombre, pero los más sabios temen pronunciarla. La mujer retratada no es una reina, aunque vistió como una. No es una puta, aunque desnudó el alma de reyes. No es una bruja, aunque hasta los Septones más santos evitaban mirarla a los ojos por temor a ver el reflejo de sus deseos.”
“Seirys. Así fue llamada por los pocos que osaron amarla. Seirys, la devota del caos suave, la furia vestida de encaje, la sonrisa que cortaba como un cuchillo en vino. Sus ojos hablaban en alto valyrio, aunque su boca callaba lo justo. Su dragón, Maegaryon, fue la sombra que cubrió Rocadragón en tiempos de rebelión silenciosa.”
“No se sabe quién pintó este retrato. Algunos dicen que fue un amante. Otros, un enemigo rendido. Lo cierto es que el rostro sonriente que lo contempla desde el lienzo no olvida, ni perdona, ni envejece.”
“Quien mire esta pintura debe hacerlo con cuidado. El fuego no arde solo en las llamas... también lo hace en los recuerdos.”
— A la izquierda del marco, tallado con garras de dragón. —
“Va perzys ānogār. Nuhor jemēle.”
«Fuego en la carne. Recuerda quién eres.»
Fragmento encontrado detrás de un tapiz arrancado durante el reinado de Maegor III, escrito en tinta carmesí sobre pergamino ennegrecido. Se sospecha que fue copiado de un códice anterior proveniente de Lys.
“La pintura yace en la cámara más baja del Torreón, donde los dragones dormían sus últimos siglos y los huesos crujían al compás del olvido. No tiene firma, no tiene nombre, pero los más sabios temen pronunciarla. La mujer retratada no es una reina, aunque vistió como una. No es una puta, aunque desnudó el alma de reyes. No es una bruja, aunque hasta los Septones más santos evitaban mirarla a los ojos por temor a ver el reflejo de sus deseos.”
“Seirys. Así fue llamada por los pocos que osaron amarla. Seirys, la devota del caos suave, la furia vestida de encaje, la sonrisa que cortaba como un cuchillo en vino. Sus ojos hablaban en alto valyrio, aunque su boca callaba lo justo. Su dragón, Maegaryon, fue la sombra que cubrió Rocadragón en tiempos de rebelión silenciosa.”
“No se sabe quién pintó este retrato. Algunos dicen que fue un amante. Otros, un enemigo rendido. Lo cierto es que el rostro sonriente que lo contempla desde el lienzo no olvida, ni perdona, ni envejece.”
“Quien mire esta pintura debe hacerlo con cuidado. El fuego no arde solo en las llamas... también lo hace en los recuerdos.”
— A la izquierda del marco, tallado con garras de dragón. —
“Va perzys ānogār. Nuhor jemēle.”
«Fuego en la carne. Recuerda quién eres.»
Pasaje oculto en el Torreón de Maegor
Fragmento encontrado detrás de un tapiz arrancado durante el reinado de Maegor III, escrito en tinta carmesí sobre pergamino ennegrecido. Se sospecha que fue copiado de un códice anterior proveniente de Lys.
“La pintura yace en la cámara más baja del Torreón, donde los dragones dormían sus últimos siglos y los huesos crujían al compás del olvido. No tiene firma, no tiene nombre, pero los más sabios temen pronunciarla. La mujer retratada no es una reina, aunque vistió como una. No es una puta, aunque desnudó el alma de reyes. No es una bruja, aunque hasta los Septones más santos evitaban mirarla a los ojos por temor a ver el reflejo de sus deseos.”
“Seirys. Así fue llamada por los pocos que osaron amarla. Seirys, la devota del caos suave, la furia vestida de encaje, la sonrisa que cortaba como un cuchillo en vino. Sus ojos hablaban en alto valyrio, aunque su boca callaba lo justo. Su dragón, Maegaryon, fue la sombra que cubrió Rocadragón en tiempos de rebelión silenciosa.”
“No se sabe quién pintó este retrato. Algunos dicen que fue un amante. Otros, un enemigo rendido. Lo cierto es que el rostro sonriente que lo contempla desde el lienzo no olvida, ni perdona, ni envejece.”
“Quien mire esta pintura debe hacerlo con cuidado. El fuego no arde solo en las llamas... también lo hace en los recuerdos.”
— A la izquierda del marco, tallado con garras de dragón. —
“Va perzys ānogār. Nuhor jemēle.”
«Fuego en la carne. Recuerda quién eres.»
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