Se detiene en medio del jardín del campus universitario. Alza sus brazos para recogerse el cabello en una coleta despeinada. Entre sus dedos, quedan atrapados algunos mechones rebeldes y el resplandor anaranjado del atardecer.
— Ugh, ¿De verdad pasé tres horas diseñando personajes para que el profesor diga "filti prifindidad" —vocecita imitando al profesor. Saca su cuaderno de bocetos abultado. Las páginas se abren solas en una ilustración que muestra el diseño de varios personajes— ¡¡Aquí tienes profundidad, imbécil!!
Con un suspiro cansado se sienta sobre el césped. En ese momento, el viento hace volar una hoja suelta del cuaderno. Estira el brazo para atraparla, pero el papel se detiene en el aire, como si algo invisible lo sostuviera.
— ... Aggh, ¿Y ahora qué? —arranca el papel de un tirón -a lo que sea que lo estuviese sosteniendo-, sus ojos brillan con curiosidad, y el dibujo en la hoja, que era un bosquejo de una puerta, ahora tenía algo escrito en el margen que ella no recordaba haber puesto:
«Busca a quien mira desde el segundo piso.»
Por puro instinto su vista de desliza hacia el segundo piso del edificio que se alza frente a ella, pero no logra ver a nadie.
— Ugh, ¿De verdad pasé tres horas diseñando personajes para que el profesor diga "filti prifindidad" —vocecita imitando al profesor. Saca su cuaderno de bocetos abultado. Las páginas se abren solas en una ilustración que muestra el diseño de varios personajes— ¡¡Aquí tienes profundidad, imbécil!!
Con un suspiro cansado se sienta sobre el césped. En ese momento, el viento hace volar una hoja suelta del cuaderno. Estira el brazo para atraparla, pero el papel se detiene en el aire, como si algo invisible lo sostuviera.
— ... Aggh, ¿Y ahora qué? —arranca el papel de un tirón -a lo que sea que lo estuviese sosteniendo-, sus ojos brillan con curiosidad, y el dibujo en la hoja, que era un bosquejo de una puerta, ahora tenía algo escrito en el margen que ella no recordaba haber puesto:
«Busca a quien mira desde el segundo piso.»
Por puro instinto su vista de desliza hacia el segundo piso del edificio que se alza frente a ella, pero no logra ver a nadie.
Se detiene en medio del jardín del campus universitario. Alza sus brazos para recogerse el cabello en una coleta despeinada. Entre sus dedos, quedan atrapados algunos mechones rebeldes y el resplandor anaranjado del atardecer.
— Ugh, ¿De verdad pasé tres horas diseñando personajes para que el profesor diga "filti prifindidad" —vocecita imitando al profesor. Saca su cuaderno de bocetos abultado. Las páginas se abren solas en una ilustración que muestra el diseño de varios personajes— ¡¡Aquí tienes profundidad, imbécil!!
Con un suspiro cansado se sienta sobre el césped. En ese momento, el viento hace volar una hoja suelta del cuaderno. Estira el brazo para atraparla, pero el papel se detiene en el aire, como si algo invisible lo sostuviera.
— ... Aggh, ¿Y ahora qué? —arranca el papel de un tirón -a lo que sea que lo estuviese sosteniendo-, sus ojos brillan con curiosidad, y el dibujo en la hoja, que era un bosquejo de una puerta, ahora tenía algo escrito en el margen que ella no recordaba haber puesto:
«Busca a quien mira desde el segundo piso.»
Por puro instinto su vista de desliza hacia el segundo piso del edificio que se alza frente a ella, pero no logra ver a nadie.
