Tenlo en cuenta al responder.
||: Este monorol surge tras un rol privado que ha tenido Murat con su ex. Sirve como aviso de su estado actual, ya que va a estar decaído los próximos días por lo que ha pasado. Probablemente al principio algunos no lo notaréis porque pondrá buena cara y hará como si nada (por eso no ha ido al hospital), pero no tardará en mostrar cómo se encuentra y enseñar sus heridas.
||: Este monorol surge tras un rol privado que ha tenido Murat con su ex. Sirve como aviso de su estado actual, ya que va a estar decaído los próximos días por lo que ha pasado. Probablemente al principio algunos no lo notaréis porque pondrá buena cara y hará como si nada (por eso no ha ido al hospital), pero no tardará en mostrar cómo se encuentra y enseñar sus heridas.
Es la primera vez en años que el turco ha dormido tan bien. Ha dormido del tirón más de diez horas, de hecho. Ni siquiera recuerda si ha hecho su jornada nocturna guiada por esa voz en su cabeza, aunque tampoco tiene forma de saberlo, ya que las heridas que presenta en su cuerpo las tiene desde el día anterior. Normalmente sabe lo que ha hecho en la madrugada por los restos de sangre que pueden haberle salpicado o por alguna nota o algún símbolo pintado en el espejo. También porque ha aprendido una técnica para recordar los sueños y a veces logra recordarlos y, por ende, recordar lo que hizo.
Sin embargo, esa mañana no recordaba nada, no parecía tener restos de sangre que no fueran suyos, ni tampoco vio ninguna pista en su apartamento. Sonrió irónicamente, pensando en "la gracia" que tenía que el hecho de que le hubieran debilitado tanto el día anterior haya logrado poner en pausa a ese demonio que lo controla y que le usa como recipiente.
En el baño, intentó cubrir las heridas de sus pómulos, nariz y labio con maquillaje. Muy sutil porque era molesto llevarlo sobre las heridas que aún estaban en proceso de sanación. Pero quería dar una buena imagen como siempre, no quería preocupar de más a su psicóloga por su aspecto, pese a que en esa sesión se lo contaría todo.
Agradeció vivir solo porque no quería que sus hermanas ni su hija le vieran en esas condiciones. Se preocuparían, le obligarían a ir a ver a un médico y probablemente le harían hablar sobre la pelea con su ex. Querrían darle su merecido o vete a saber qué harían, conociendo a la más pequeña seguro que buscaría a Jules para cantarle las cuarenta. La mayor seguramente le querría poner en contacto con algún abogado para ponerle una orden de alejamiento.
Murat no quería nada de eso. Por eso sentía un gran alivio estando solo en esa casa. Aunque no podía negar que necesitaba algo de compañía. Pero preocupar a sus allegados no estaba en sus planes. Al menos no de momento.
Cuando estuvo listo, con su pijama de Pikachu, finalmente subió las persianas, colocó una bandeja plegable sobre la cama y puso encima su ordenador portátil. Lo encendió y se acomodó sobre el colchón con las piernas estiradas, esperando que su psicóloga le llamara a la hora de la cita que habían acordado la noche anterior.
Whiskey, su gato, le hizo compañía mientras esperaba. Tenerle a su lado le hacía calmar un poco su respiración y la ansiedad que sentía al pensar que en cuestión de minutos le contaría todo lo ocurrido y eso significaba tener que revivirlo.
Sin embargo, esa mañana no recordaba nada, no parecía tener restos de sangre que no fueran suyos, ni tampoco vio ninguna pista en su apartamento. Sonrió irónicamente, pensando en "la gracia" que tenía que el hecho de que le hubieran debilitado tanto el día anterior haya logrado poner en pausa a ese demonio que lo controla y que le usa como recipiente.
En el baño, intentó cubrir las heridas de sus pómulos, nariz y labio con maquillaje. Muy sutil porque era molesto llevarlo sobre las heridas que aún estaban en proceso de sanación. Pero quería dar una buena imagen como siempre, no quería preocupar de más a su psicóloga por su aspecto, pese a que en esa sesión se lo contaría todo.
Agradeció vivir solo porque no quería que sus hermanas ni su hija le vieran en esas condiciones. Se preocuparían, le obligarían a ir a ver a un médico y probablemente le harían hablar sobre la pelea con su ex. Querrían darle su merecido o vete a saber qué harían, conociendo a la más pequeña seguro que buscaría a Jules para cantarle las cuarenta. La mayor seguramente le querría poner en contacto con algún abogado para ponerle una orden de alejamiento.
Murat no quería nada de eso. Por eso sentía un gran alivio estando solo en esa casa. Aunque no podía negar que necesitaba algo de compañía. Pero preocupar a sus allegados no estaba en sus planes. Al menos no de momento.
Cuando estuvo listo, con su pijama de Pikachu, finalmente subió las persianas, colocó una bandeja plegable sobre la cama y puso encima su ordenador portátil. Lo encendió y se acomodó sobre el colchón con las piernas estiradas, esperando que su psicóloga le llamara a la hora de la cita que habían acordado la noche anterior.
Whiskey, su gato, le hizo compañía mientras esperaba. Tenerle a su lado le hacía calmar un poco su respiración y la ansiedad que sentía al pensar que en cuestión de minutos le contaría todo lo ocurrido y eso significaba tener que revivirlo.
