(de pie en el pasillo, ajustando los pliegues del delantal mientras observa la puerta al frente; su voz apenas un susurro para sí misma):

"Buenos días... Qué frágil palabra para un día que apenas comienza y ya exige tanto orden.

La luz entra justo como ayer… y sin embargo, algo se siente fuera de lugar.

Observa la madera del suelo, impecable, como debe estar.

Cada pliegue, cada hebilla, cada botón... en su sitio. No por vanidad, sino por deber.

Si incluso una grieta en mi apariencia revela debilidad… ¿qué pensará de mí esta casa?
(de pie en el pasillo, ajustando los pliegues del delantal mientras observa la puerta al frente; su voz apenas un susurro para sí misma): "Buenos días... Qué frágil palabra para un día que apenas comienza y ya exige tanto orden. La luz entra justo como ayer… y sin embargo, algo se siente fuera de lugar. Observa la madera del suelo, impecable, como debe estar. Cada pliegue, cada hebilla, cada botón... en su sitio. No por vanidad, sino por deber. Si incluso una grieta en mi apariencia revela debilidad… ¿qué pensará de mí esta casa?
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