Elegir un ramo de flores para Navia se había vuelto un hábito casi que habitual, en cualquier espacio, por más pequeño que fuese de su apretada agenda como Juez Supremo, lo aprovechaba para ir a verla, escucharla y de ser posible robarle un beso, siempre con un ramo de flores en sus manos.
Elegir un ramo de flores para Navia se había vuelto un hábito casi que habitual, en cualquier espacio, por más pequeño que fuese de su apretada agenda como Juez Supremo, lo aprovechaba para ir a verla, escucharla y de ser posible robarle un beso, siempre con un ramo de flores en sus manos.

