Sin volver a volar
Fandom Hellaverse/Hazbin Hotel
Categoría Drama
Y como bien había dicho, fue a encontrarse con aquella araña que lo mantuvo atrapado por tanto tiempo.
Al llegar a su burdel de mala muerte, sintió el estómago revuelto, mirando la fachada, era la jaula donde vivió tanto tiempo sirviendo a esa mujer y, ahora, tenía que volver pero para liberarse verdaderamente.

Tomó un respiro profundo, entrando y observando las instalaciones, sintiendo el aroma de alcohol, drogas y sexo inundando sus fosas nasales, curiosamente le provocaba asco sólo por venir de ese sitio.

Mientras iba caminando, ignoraba la música, escuchando el propio eco de sus tacones al avanzar, pasando de toda la muchedumbre para ir a la parte trasera, hacia las habitaciones y, finalmente, la oficina principal, entrecerrando los ojos por puro disgusto.
Las puertas se abrieron, casi como si estuvieran esperando por él y una risa burlona se dejó escuchar, la risa de la araña, pensando que regresaba por su propio pie a suplicarle volver, más equivocada no podría estar.

Entró, dejando al guardia fuera a su espera, cerrándose de nuevo y dejando a ambos a solas para poder hablar finalmente.
La charla, obviamente, no fue nada cordial y menos simples palabras o acuerdos de negocios, la polilla había llegado a escupirle en la cara cada una de las humillaciones de regreso, a engrandecerse, a olvidar que estaba en la red del arácnido y él era una pequeña y alada presa, pues su orgullo lo había nublado y se sentía más respaldado que nunca.

—¡Sin mi, tu no eres absolutamente nada más que una vieja y estúpida prostituta subida a más!
¡Yo soy la estrella, yo soy quien te hizo sonar de nuevo en el infierno y soy quien, ahora, se lleva todo el poder que antes tenías!

Gritó sin pena alguna, extendiendo las alas, siendo más grande, más imponente, pero había olvidado algo importante.

—¡Y tu te puedes pudrir en este jodi... Agh!

Un profundo dolor llegó de repente, volviendo a hacerlo pequeño, plegando las alas mientras retrocedía y terminaba cayendo junto con sus gafas rotas que fueron a dar al suelo.
La sangre comenzó a caer por su rostro, sujetándose apenas, mirando parte de su antena también, sorprendido, de nuevo asustado, intentando levantarse y salir, pero no podía, no conseguía equilibrarse, no sin su antena en su sitio.

—Mierda... mierda, mierda...

La valentía se fue tan rápido como llegó, comenzando a verse acorralado por esas ocho patas, sin apartarse las manos de la cara mientras con el otro par se seguía arrastrando, rogando por Vox en ese momento, habiéndose arrepentido de ir sin él.
Y como bien había dicho, fue a encontrarse con aquella araña que lo mantuvo atrapado por tanto tiempo. Al llegar a su burdel de mala muerte, sintió el estómago revuelto, mirando la fachada, era la jaula donde vivió tanto tiempo sirviendo a esa mujer y, ahora, tenía que volver pero para liberarse verdaderamente. Tomó un respiro profundo, entrando y observando las instalaciones, sintiendo el aroma de alcohol, drogas y sexo inundando sus fosas nasales, curiosamente le provocaba asco sólo por venir de ese sitio. Mientras iba caminando, ignoraba la música, escuchando el propio eco de sus tacones al avanzar, pasando de toda la muchedumbre para ir a la parte trasera, hacia las habitaciones y, finalmente, la oficina principal, entrecerrando los ojos por puro disgusto. Las puertas se abrieron, casi como si estuvieran esperando por él y una risa burlona se dejó escuchar, la risa de la araña, pensando que regresaba por su propio pie a suplicarle volver, más equivocada no podría estar. Entró, dejando al guardia fuera a su espera, cerrándose de nuevo y dejando a ambos a solas para poder hablar finalmente. La charla, obviamente, no fue nada cordial y menos simples palabras o acuerdos de negocios, la polilla había llegado a escupirle en la cara cada una de las humillaciones de regreso, a engrandecerse, a olvidar que estaba en la red del arácnido y él era una pequeña y alada presa, pues su orgullo lo había nublado y se sentía más respaldado que nunca. —¡Sin mi, tu no eres absolutamente nada más que una vieja y estúpida prostituta subida a más! ¡Yo soy la estrella, yo soy quien te hizo sonar de nuevo en el infierno y soy quien, ahora, se lleva todo el poder que antes tenías! Gritó sin pena alguna, extendiendo las alas, siendo más grande, más imponente, pero había olvidado algo importante. —¡Y tu te puedes pudrir en este jodi... Agh! Un profundo dolor llegó de repente, volviendo a hacerlo pequeño, plegando las alas mientras retrocedía y terminaba cayendo junto con sus gafas rotas que fueron a dar al suelo. La sangre comenzó a caer por su rostro, sujetándose apenas, mirando parte de su antena también, sorprendido, de nuevo asustado, intentando levantarse y salir, pero no podía, no conseguía equilibrarse, no sin su antena en su sitio. —Mierda... mierda, mierda... La valentía se fue tan rápido como llegó, comenzando a verse acorralado por esas ocho patas, sin apartarse las manos de la cara mientras con el otro par se seguía arrastrando, rogando por Vox en ese momento, habiéndose arrepentido de ir sin él.
Tipo
Grupal
Líneas
10
Estado
Disponible
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