Las palabras tienen peso, incluso cuando se lanzan al aire como si no importaran. Aquí, cada gesto se observa, cada silencio se interpreta. No es un lugar para la prisa… ni para los desprevenidos.
Las palabras tienen peso, incluso cuando se lanzan al aire como si no importaran. Aquí, cada gesto se observa, cada silencio se interpreta. No es un lugar para la prisa… ni para los desprevenidos.
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