[ ONE SHOT ] ( Mono Rol )

Las consecuencias sin contemplar de los actos sin analizar.

Apenas tenia dos noches el anuncio de la cacería por aquella bestia que todos llamaban Hannibarigar y ya la noticia habia viajado a pueblos vecinos.

Lucrando con la necesidad. Con la desesperación. Con la tenue esperanza de al menos ver a la bestia pasar, los aventureros, cazadores, granjeros y hasta civiles mantenian los ojos en el cielo, esperando verle para de inmediato avisar a la guardia del Rey.

Otros, mas desesperados salían a buscarle sin planes, sin ideas, solo queriendo las monedas de bronce.

"Con ese dinero podré comprar la medicina de mamá"
"Con ese dinero podre comprar panes"
"Podré conseguirle a mi hermana una frazada"

Personas que tenian la fortuna de encontrarla, de verla en toda su grandeza, solo para morir asesinados de una forma rápida y tranquila; un golpe que destrozaba los órganos internos y hacia sentir a las víctimas un enorme sueño eterno.

La gente pronto dejó de intentarlo, sobre todo cuando las carretas con cadáveres comenzaban a llegar.
Madres llorando, padres sollozando, niños que no comprendian al ver a sus hermanos o papás durmiendo sin despertar.

La gente odiaba a la bestia.
Habian llegado al punto de ahorrar para traer a un cazador de dragones para hacer la tarea.
[ ONE SHOT ] ( Mono Rol ) Las consecuencias sin contemplar de los actos sin analizar. Apenas tenia dos noches el anuncio de la cacería por aquella bestia que todos llamaban Hannibarigar y ya la noticia habia viajado a pueblos vecinos. Lucrando con la necesidad. Con la desesperación. Con la tenue esperanza de al menos ver a la bestia pasar, los aventureros, cazadores, granjeros y hasta civiles mantenian los ojos en el cielo, esperando verle para de inmediato avisar a la guardia del Rey. Otros, mas desesperados salían a buscarle sin planes, sin ideas, solo queriendo las monedas de bronce. "Con ese dinero podré comprar la medicina de mamá" "Con ese dinero podre comprar panes" "Podré conseguirle a mi hermana una frazada" Personas que tenian la fortuna de encontrarla, de verla en toda su grandeza, solo para morir asesinados de una forma rápida y tranquila; un golpe que destrozaba los órganos internos y hacia sentir a las víctimas un enorme sueño eterno. La gente pronto dejó de intentarlo, sobre todo cuando las carretas con cadáveres comenzaban a llegar. Madres llorando, padres sollozando, niños que no comprendian al ver a sus hermanos o papás durmiendo sin despertar. La gente odiaba a la bestia. Habian llegado al punto de ahorrar para traer a un cazador de dragones para hacer la tarea.
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