Dejavu- Antonelli
El taconeo apresurado de Sophie resonaba en la acera mientras esquivaba transeúntes con la destreza de quien ya iba varios minutos tarde. Sujetaba con una mano su bolso y con la otra un vaso de café que apenas había probado, mientras su cabello castaño, algo alborotado por la prisa, se le escapaba en mechones rebeldes alrededor del rostro. El cielo estaba despejado, aunque nada en su mañana había sido igual de claro.
Llevaba horas preparándose mentalmente para esa entrevista. No todos los días tenía la oportunidad de sus sueños, una de las editoriales más prestigiosas de la ciudad le había concedido por fin una entrevista. Pero entre que el despertador no sonó, el metro se detuvo entre estaciones y el barista del café tardó siglos en entender su orden, Sophie sentía que el universo entero estaba conspirando contra ella.
Cuando por fin cruzó la calle y dobló la esquina del edificio de oficinas, echó un vistazo rápido al reloj. Llegaría… con suerte, solo diez minutos tarde. Lo suficiente para dar una excusa decente y conservar la dignidad. Inspiró hondo y aceleró el paso, concentrada en ensayar mentalmente su discurso de presentación.
-Buenos días, soy Sophie Whitmore, encantada de estar aquí, lamento la demora pero...- El impacto fue seco y repentino. Sophie soltó un pequeño grito ahogado al chocar de frente contra una figura más alta que ella, desequilibrándose por el golpe. En cuestión de segundos, sintió el líquido caliente empapando la parte frontal de su vestido beige. Su café, su única fuente de consuelo hasta ese momento, había terminado desparramado entre su ropa y el suelo, marcando un desastre marrón en medio de su ya espantosa mañana.
-no no no, lo que me faltaba-exclamó, mirando primero su vestido y luego al hombre contra quien había chocado - lo siento tanto... iba distraída - sophie recorrió con la mirada el cuerpo de aquel hombre buscando alguna mancha de su café en el, con la vergüenza de tener que mandar su ropa a la tintorería
Llevaba horas preparándose mentalmente para esa entrevista. No todos los días tenía la oportunidad de sus sueños, una de las editoriales más prestigiosas de la ciudad le había concedido por fin una entrevista. Pero entre que el despertador no sonó, el metro se detuvo entre estaciones y el barista del café tardó siglos en entender su orden, Sophie sentía que el universo entero estaba conspirando contra ella.
Cuando por fin cruzó la calle y dobló la esquina del edificio de oficinas, echó un vistazo rápido al reloj. Llegaría… con suerte, solo diez minutos tarde. Lo suficiente para dar una excusa decente y conservar la dignidad. Inspiró hondo y aceleró el paso, concentrada en ensayar mentalmente su discurso de presentación.
-Buenos días, soy Sophie Whitmore, encantada de estar aquí, lamento la demora pero...- El impacto fue seco y repentino. Sophie soltó un pequeño grito ahogado al chocar de frente contra una figura más alta que ella, desequilibrándose por el golpe. En cuestión de segundos, sintió el líquido caliente empapando la parte frontal de su vestido beige. Su café, su única fuente de consuelo hasta ese momento, había terminado desparramado entre su ropa y el suelo, marcando un desastre marrón en medio de su ya espantosa mañana.
-no no no, lo que me faltaba-exclamó, mirando primero su vestido y luego al hombre contra quien había chocado - lo siento tanto... iba distraída - sophie recorrió con la mirada el cuerpo de aquel hombre buscando alguna mancha de su café en el, con la vergüenza de tener que mandar su ropa a la tintorería
El taconeo apresurado de Sophie resonaba en la acera mientras esquivaba transeúntes con la destreza de quien ya iba varios minutos tarde. Sujetaba con una mano su bolso y con la otra un vaso de café que apenas había probado, mientras su cabello castaño, algo alborotado por la prisa, se le escapaba en mechones rebeldes alrededor del rostro. El cielo estaba despejado, aunque nada en su mañana había sido igual de claro.
Llevaba horas preparándose mentalmente para esa entrevista. No todos los días tenía la oportunidad de sus sueños, una de las editoriales más prestigiosas de la ciudad le había concedido por fin una entrevista. Pero entre que el despertador no sonó, el metro se detuvo entre estaciones y el barista del café tardó siglos en entender su orden, Sophie sentía que el universo entero estaba conspirando contra ella.
Cuando por fin cruzó la calle y dobló la esquina del edificio de oficinas, echó un vistazo rápido al reloj. Llegaría… con suerte, solo diez minutos tarde. Lo suficiente para dar una excusa decente y conservar la dignidad. Inspiró hondo y aceleró el paso, concentrada en ensayar mentalmente su discurso de presentación.
-Buenos días, soy Sophie Whitmore, encantada de estar aquí, lamento la demora pero...- El impacto fue seco y repentino. Sophie soltó un pequeño grito ahogado al chocar de frente contra una figura más alta que ella, desequilibrándose por el golpe. En cuestión de segundos, sintió el líquido caliente empapando la parte frontal de su vestido beige. Su café, su única fuente de consuelo hasta ese momento, había terminado desparramado entre su ropa y el suelo, marcando un desastre marrón en medio de su ya espantosa mañana.
-no no no, lo que me faltaba-exclamó, mirando primero su vestido y luego al hombre contra quien había chocado - lo siento tanto... iba distraída - sophie recorrió con la mirada el cuerpo de aquel hombre buscando alguna mancha de su café en el, con la vergüenza de tener que mandar su ropa a la tintorería
Tipo
Individual
Líneas
Cualquier línea
Estado
Disponible

