«Es curioso como Demeter los reconoció enseguida, otras Diosas son más perceptibles que yo misma. Todos ven que mis preciosos compañeros Iki e Íker son unos guardianes, antes de ser lo que soy hoy... No entendía ese reconocimiento natural. Ahora, ahora es cuando voy comprendiendo algo que estoy aprendiendo a ser... Ellos me guiarán, me enseñarán el camino del equilibrio. Solo por eso, seguiré eternamente agradecida a Hikaru; por brindarme la dicha de tener tan preciosa compañía leal e incondicional»pensó mirando con un atisbo de ternura, la escena donde ambos tigrecillos ven un brote de trigo nacer en Olimpia, uno al que tanto la Diosa Demeter y ellos reconocen como el grano de esperanza sobre la misma tierra agrietada.
«Es curioso como Demeter los reconoció enseguida, otras Diosas son más perceptibles que yo misma. Todos ven que mis preciosos compañeros Iki e Íker son unos guardianes, antes de ser lo que soy hoy... No entendía ese reconocimiento natural. Ahora, ahora es cuando voy comprendiendo algo que estoy aprendiendo a ser... Ellos me guiarán, me enseñarán el camino del equilibrio. Solo por eso, seguiré eternamente agradecida a Hikaru; por brindarme la dicha de tener tan preciosa compañía leal e incondicional»pensó mirando con un atisbo de ternura, la escena donde ambos tigrecillos ven un brote de trigo nacer en Olimpia, uno al que tanto la Diosa Demeter y ellos reconocen como el grano de esperanza sobre la misma tierra agrietada.

