❛❛Inmortal Afrodita, de trono engalanado.
Hija de Urano, tejedora de engaños,
te ruego: no me atormentes con penas ni angustias,
¡Oh señora, sino ven aquí!
Como ya otras veces, atiende mi súplica,
escucha mi voz desde lejos,
y saliendo del palacio de tu padre
Ven, con tu carro de oro,
Enganchado por bellos gorriones
que te traen veloces batiendo sus alas
desde el cielo, por entre el éter,
hasta la tierra oscura,
y tú, dichosa, sonriente,
me preguntaste qué me sucedía
y por qué te llamaba otra vez,
y qué deseaba más en mi corazón enloquecido:
«¿A quién debo ahora persuadir
para que se entregue a tu amor?
¿Quién, Safo, te hace daño?
Pues si huye, pronto te seguirá,
si no acepta tus dones, te los ofrecerá,
si no te ama, pronto te amará,
aunque no quiera.»
Ven otra vez a mí, líbrame
de mis penas angustiosas,
y todo aquello que desea mi corazón,
haz que se cumpla. ¡Sé tú mi aliada!❜❜
𝐒𝐚𝐟𝐨 - "𝐇𝐢𝐦𝐧𝐨 𝐚 𝐀𝐟𝐫𝐨𝐝𝐢𝐭𝐚"
Hija de Urano, tejedora de engaños,
te ruego: no me atormentes con penas ni angustias,
¡Oh señora, sino ven aquí!
Como ya otras veces, atiende mi súplica,
escucha mi voz desde lejos,
y saliendo del palacio de tu padre
Ven, con tu carro de oro,
Enganchado por bellos gorriones
que te traen veloces batiendo sus alas
desde el cielo, por entre el éter,
hasta la tierra oscura,
y tú, dichosa, sonriente,
me preguntaste qué me sucedía
y por qué te llamaba otra vez,
y qué deseaba más en mi corazón enloquecido:
«¿A quién debo ahora persuadir
para que se entregue a tu amor?
¿Quién, Safo, te hace daño?
Pues si huye, pronto te seguirá,
si no acepta tus dones, te los ofrecerá,
si no te ama, pronto te amará,
aunque no quiera.»
Ven otra vez a mí, líbrame
de mis penas angustiosas,
y todo aquello que desea mi corazón,
haz que se cumpla. ¡Sé tú mi aliada!❜❜
𝐒𝐚𝐟𝐨 - "𝐇𝐢𝐦𝐧𝐨 𝐚 𝐀𝐟𝐫𝐨𝐝𝐢𝐭𝐚"
❛❛Inmortal Afrodita, de trono engalanado.
Hija de Urano, tejedora de engaños,
te ruego: no me atormentes con penas ni angustias,
¡Oh señora, sino ven aquí!
Como ya otras veces, atiende mi súplica,
escucha mi voz desde lejos,
y saliendo del palacio de tu padre
Ven, con tu carro de oro,
Enganchado por bellos gorriones
que te traen veloces batiendo sus alas
desde el cielo, por entre el éter,
hasta la tierra oscura,
y tú, dichosa, sonriente,
me preguntaste qué me sucedía
y por qué te llamaba otra vez,
y qué deseaba más en mi corazón enloquecido:
«¿A quién debo ahora persuadir
para que se entregue a tu amor?
¿Quién, Safo, te hace daño?
Pues si huye, pronto te seguirá,
si no acepta tus dones, te los ofrecerá,
si no te ama, pronto te amará,
aunque no quiera.»
Ven otra vez a mí, líbrame
de mis penas angustiosas,
y todo aquello que desea mi corazón,
haz que se cumpla. ¡Sé tú mi aliada!❜❜
𝐒𝐚𝐟𝐨 - "𝐇𝐢𝐦𝐧𝐨 𝐚 𝐀𝐟𝐫𝐨𝐝𝐢𝐭𝐚"

