Se sentó en el muro como siempre, mismo lugar, misma hora, pero no había nadie más. Las calles estaban vacías desde hacía semanas, no sabía si quedaba alguien en la ciudad, a veces creía escuchar pasos, pero nunca veía a nadie.

No era miedo… era costumbre, costumbre de estar solo, de no esperar respuestas.
Se sentó en el muro como siempre, mismo lugar, misma hora, pero no había nadie más. Las calles estaban vacías desde hacía semanas, no sabía si quedaba alguien en la ciudad, a veces creía escuchar pasos, pero nunca veía a nadie. No era miedo… era costumbre, costumbre de estar solo, de no esperar respuestas.
Me gusta
Me enjaja
Me entristece
3
3 turnos 0 maullidos
Patrocinados
Patrocinados