No tenía ganas de levantarse. Su cuerpo ardía sutilmente con un calor febril que hacía que incluso abrir los ojos resultara una tarea agotadora. Aun así, tras unos minutos de batalla silenciosa, reunió el poco valor que le quedaba y se incorporó con torpeza, arrastrando sus pasos lentos por la habitación.
Antes de cruzar el pasillo, se detuvo. Apoyó la frente contra el marco de la puerta, dejando que el frescor de la madera le aliviara, aunque fuera apenas.
—¿Y si pudiera ponerme en pausa hasta que esto pase?— susurró con voz ronca.
—Aish por qué los humanos tienen que pasar por esto..?—
Se quedó ahí, inmóvil, como si la idea de desaparecer por un momento fuera lo único verdaderamente reconfortante.
Antes de cruzar el pasillo, se detuvo. Apoyó la frente contra el marco de la puerta, dejando que el frescor de la madera le aliviara, aunque fuera apenas.
—¿Y si pudiera ponerme en pausa hasta que esto pase?— susurró con voz ronca.
—Aish por qué los humanos tienen que pasar por esto..?—
Se quedó ahí, inmóvil, como si la idea de desaparecer por un momento fuera lo único verdaderamente reconfortante.
No tenía ganas de levantarse. Su cuerpo ardía sutilmente con un calor febril que hacía que incluso abrir los ojos resultara una tarea agotadora. Aun así, tras unos minutos de batalla silenciosa, reunió el poco valor que le quedaba y se incorporó con torpeza, arrastrando sus pasos lentos por la habitación.
Antes de cruzar el pasillo, se detuvo. Apoyó la frente contra el marco de la puerta, dejando que el frescor de la madera le aliviara, aunque fuera apenas.
—¿Y si pudiera ponerme en pausa hasta que esto pase?— susurró con voz ronca.
—Aish por qué los humanos tienen que pasar por esto..?—
Se quedó ahí, inmóvil, como si la idea de desaparecer por un momento fuera lo único verdaderamente reconfortante.

