Esta noche, como cada noche, se desliza en silencio por el umbral del reino onírico. Su forma, apenas una bruma plateada, se derrama como rocío sobre las mentes agotadas. No tiene prisa. No la necesita.

Extiende su esencia sobre un niño que llora por una madre que no llega, sobre una anciana que teme dormir sola, sobre un artista que ha olvidado cómo soñar en color.

Con su habilidad activa, •Mar de Sueños•, cubre cada conciencia con una bruma sutil, envolviéndolos en un descanso profundo. Y con su don único, •Sembradora de Alivio•, regenera en silencio la voluntad de seguir. Nadie nota su paso, pero todos despiertan con un poco menos de peso sobre el pecho.

Ella no habla. No interfiere. Solo susurra desde el umbral:
“Que el descanso repare lo que la vigilia no puede.”

Y continúa, etérea, presente y ausente a la vez.
Esta noche, como cada noche, se desliza en silencio por el umbral del reino onírico. Su forma, apenas una bruma plateada, se derrama como rocío sobre las mentes agotadas. No tiene prisa. No la necesita. Extiende su esencia sobre un niño que llora por una madre que no llega, sobre una anciana que teme dormir sola, sobre un artista que ha olvidado cómo soñar en color. Con su habilidad activa, •Mar de Sueños•, cubre cada conciencia con una bruma sutil, envolviéndolos en un descanso profundo. Y con su don único, •Sembradora de Alivio•, regenera en silencio la voluntad de seguir. Nadie nota su paso, pero todos despiertan con un poco menos de peso sobre el pecho. Ella no habla. No interfiere. Solo susurra desde el umbral: “Que el descanso repare lo que la vigilia no puede.” Y continúa, etérea, presente y ausente a la vez.
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