Al borde del risco donde las olas golpean los grandes muros, salpicando aún más alto como si rogaran llegar al cielo, se levanta con orgullo el gran templo del Dios del mar. Tan vasto para albergar la fortuna de los más fieles que aún teniendo un viaje difícil sobre los suelos pedregosos y por tramos de piedra liza por su constante riego de agua, cargan a sus espaldas o sobre literas grandes cantidades de oro solo para solicitar que su Deidad marítima los vea con gracia.

Una mirada de este Dios pude asegurar el viaje seguro de sus grandes embarcaciones y las cargas de estos, pues quien no pague el precio, sólo encontrará tempestad que sin piedad hará a las olas tragar los barcos y marineros, muchas vidas se perderían si no se sigue este constante ritual.

El templo pareciera estar fuera del alcance mortal, marcando profundamente la diferencia entre la Deidad y sus seguidores, pues sólo así estos no olvidaran a quien pedir fortuna.

Las grandes puertas de roble se abren para dar bienvenida a los fieles, dentro se encuentra una gran pileta de agua y al centro de esta la verdad del porque un templo tan vastó pues la figura de piedra del Dios Shi se levanta, su rostro tallado en piedra muestra una expresión llena de calma e indiferencia, mientras que en la mano diestra descansa un abanico con las iniciales de "maestro del agua", la izquierda descansa al frente con la palma totalmente expuesta, las tunicas fueron esculpidas para asimilar una marea continua.
El templo con cortinas azules y blancas se mecen al son del viento fresco que trae consigo el aroma de incienso, ya que hay al menos veinte inciensarios por todo el lugar. Cada una de estas varas carga una petición que se levantan al cielo.

Aqui es donde debes depositar tus deseos, pedir con fé y respeto, pide fortuna y un buen viaje entonces si el Dios te encuentra agradable, te ofrecerá su buena voluntad.
Al borde del risco donde las olas golpean los grandes muros, salpicando aún más alto como si rogaran llegar al cielo, se levanta con orgullo el gran templo del Dios del mar. Tan vasto para albergar la fortuna de los más fieles que aún teniendo un viaje difícil sobre los suelos pedregosos y por tramos de piedra liza por su constante riego de agua, cargan a sus espaldas o sobre literas grandes cantidades de oro solo para solicitar que su Deidad marítima los vea con gracia. Una mirada de este Dios pude asegurar el viaje seguro de sus grandes embarcaciones y las cargas de estos, pues quien no pague el precio, sólo encontrará tempestad que sin piedad hará a las olas tragar los barcos y marineros, muchas vidas se perderían si no se sigue este constante ritual. El templo pareciera estar fuera del alcance mortal, marcando profundamente la diferencia entre la Deidad y sus seguidores, pues sólo así estos no olvidaran a quien pedir fortuna. Las grandes puertas de roble se abren para dar bienvenida a los fieles, dentro se encuentra una gran pileta de agua y al centro de esta la verdad del porque un templo tan vastó pues la figura de piedra del Dios Shi se levanta, su rostro tallado en piedra muestra una expresión llena de calma e indiferencia, mientras que en la mano diestra descansa un abanico con las iniciales de "maestro del agua", la izquierda descansa al frente con la palma totalmente expuesta, las tunicas fueron esculpidas para asimilar una marea continua. El templo con cortinas azules y blancas se mecen al son del viento fresco que trae consigo el aroma de incienso, ya que hay al menos veinte inciensarios por todo el lugar. Cada una de estas varas carga una petición que se levantan al cielo. Aqui es donde debes depositar tus deseos, pedir con fé y respeto, pide fortuna y un buen viaje entonces si el Dios te encuentra agradable, te ofrecerá su buena voluntad.
Me gusta
Me encocora
2
0 turnos 0 maullidos
Patrocinados
Patrocinados