|| +18, sólo hombres ||
- ¿Vienen o no? - les preguntó a sus acompañantes con calma.
La arena estaba suave y podía caminar descalza sin quemarse, las nubes emitían tenues sombras en algunos lugares, por lo que el astro rey era bastante aguantable. El aroma general de aquella playa era muy agradable, se podía sentir el ambiente salino y, sin embargo, no era abrasivo.
El cuerpo de la reina caída estaba impoluto, como ya no le era muy usual hacía varios siglos. Ni un moretón, ni una marca de cuerda o cadena al rededor de su cuello. Su piel mantenía un sudor leve en esa pequeña isla tropical paradisíaca.
Sus acompañantes le habían ganado en una subasta de arriendo de esclavos y ella no podía recordar cuántas veces había sido arrendada de esa forma. "Ella obedecerá", fueron las simples instrucciones que les dijo el martillero al finalizar esa subasta. La elfa aún tenía su magia, extrañamente no la usaba para liberarse de esas ataduras, pero sí para conjurar las comidas y bebidas que estaban en bajo las sombras de algunas palmeras.
- ¿Vienen o no? - les preguntó a sus acompañantes con calma.
La arena estaba suave y podía caminar descalza sin quemarse, las nubes emitían tenues sombras en algunos lugares, por lo que el astro rey era bastante aguantable. El aroma general de aquella playa era muy agradable, se podía sentir el ambiente salino y, sin embargo, no era abrasivo.
El cuerpo de la reina caída estaba impoluto, como ya no le era muy usual hacía varios siglos. Ni un moretón, ni una marca de cuerda o cadena al rededor de su cuello. Su piel mantenía un sudor leve en esa pequeña isla tropical paradisíaca.
Sus acompañantes le habían ganado en una subasta de arriendo de esclavos y ella no podía recordar cuántas veces había sido arrendada de esa forma. "Ella obedecerá", fueron las simples instrucciones que les dijo el martillero al finalizar esa subasta. La elfa aún tenía su magia, extrañamente no la usaba para liberarse de esas ataduras, pero sí para conjurar las comidas y bebidas que estaban en bajo las sombras de algunas palmeras.
|| +18, sólo hombres ||
- ¿Vienen o no? - les preguntó a sus acompañantes con calma.
La arena estaba suave y podía caminar descalza sin quemarse, las nubes emitían tenues sombras en algunos lugares, por lo que el astro rey era bastante aguantable. El aroma general de aquella playa era muy agradable, se podía sentir el ambiente salino y, sin embargo, no era abrasivo.
El cuerpo de la reina caída estaba impoluto, como ya no le era muy usual hacía varios siglos. Ni un moretón, ni una marca de cuerda o cadena al rededor de su cuello. Su piel mantenía un sudor leve en esa pequeña isla tropical paradisíaca.
Sus acompañantes le habían ganado en una subasta de arriendo de esclavos y ella no podía recordar cuántas veces había sido arrendada de esa forma. "Ella obedecerá", fueron las simples instrucciones que les dijo el martillero al finalizar esa subasta. La elfa aún tenía su magia, extrañamente no la usaba para liberarse de esas ataduras, pero sí para conjurar las comidas y bebidas que estaban en bajo las sombras de algunas palmeras.

