Nos llaman monstruos, sin embargo, vuestros corazones están podridos con pedofilia, corrupción, envida y odio.
Son ustedes los que deberían ser erradicados, desterrados de sus sillas de hierro, de sus coronas de oro y sus finas telas.
Son ustedes los que deberían ser erradicados, desterrados de sus sillas de hierro, de sus coronas de oro y sus finas telas.
Nos llaman monstruos, sin embargo, vuestros corazones están podridos con pedofilia, corrupción, envida y odio.
Son ustedes los que deberían ser erradicados, desterrados de sus sillas de hierro, de sus coronas de oro y sus finas telas.
