[rol abierto]


Lenore Dove amaba la primavera: el canto de las aves en el bosque, las flores estallando en el prado, sus gansos correteando libres bajo el sol.
Pero no era solo el calor del sol sobre su rostro, ni ese aroma inconfundible a cedro, madera y rosas. Era ese momento especial, ese respiro único cuando podía sentarse en las puertas de su casa, rodeada de su familia, vibrando todos juntos con el mundo que los rodeaba.

Tam Amber, Clerk Carmine, su tía Barb Azure… todos le habían enseñado historias tan antiguas como el tiempo mismo, historias que eran solo de la bandada, transmitidas de padres a hijos, inquebrantables.
No era solo música.
No eran solo las ansias de ser libres, de viajar de distrito en distrito.
Era su idioma, su manera de mirar el mundo. Y eso nadie podría arrebatárselo.


Durante el atardecer, sus tíos solían hacer una fogata, y tocar sus instrumentos frente a esta, Lenore Dove bailaba y se movía, alzando los brazos e imitando el ritmo de las llamas.


─ Suerte a Lenore Dove.. ─

Recitó Tam Amber, mientras hacía sonar una caja de madera rítmicamente. No pudo evitar sonreír¿Cómo sería en aquellos tiempos? Dónde toda la bandada vivía y convive junta, y no eran solo ellos cuatro.

─ Suerte a la Bandada.

A Burdock, madre,

Clerk Carmine, afortunado.

A tam Amber, madre.

Que venga la suerte entre las manos



Recitó, mientras Imaginaba risas, imaginaba música e imaginaba la calidez de una tarde de primavera. Lenore Dove abrió sus ojos, para encontrarse con el rostro de un desconocido, la música paró de golpe y Tam Amber se levantó serio.

─ Si no traes malas noticias, puedes quedarte con nosotros y comer del guiso a las brasas, si no, vete. ─

Habló Lenore Dove, acostumbrada a las miradas del resto sobre ellos, que les dijeran que eran raros, que creían en cuentos. Pero ¿Que tenía de malo? Sus costumbres venían desde antes del tiempo mismo.
[rol abierto] Lenore Dove amaba la primavera: el canto de las aves en el bosque, las flores estallando en el prado, sus gansos correteando libres bajo el sol. Pero no era solo el calor del sol sobre su rostro, ni ese aroma inconfundible a cedro, madera y rosas. Era ese momento especial, ese respiro único cuando podía sentarse en las puertas de su casa, rodeada de su familia, vibrando todos juntos con el mundo que los rodeaba. Tam Amber, Clerk Carmine, su tía Barb Azure… todos le habían enseñado historias tan antiguas como el tiempo mismo, historias que eran solo de la bandada, transmitidas de padres a hijos, inquebrantables. No era solo música. No eran solo las ansias de ser libres, de viajar de distrito en distrito. Era su idioma, su manera de mirar el mundo. Y eso nadie podría arrebatárselo. Durante el atardecer, sus tíos solían hacer una fogata, y tocar sus instrumentos frente a esta, Lenore Dove bailaba y se movía, alzando los brazos e imitando el ritmo de las llamas. ─ Suerte a Lenore Dove.. ─ Recitó Tam Amber, mientras hacía sonar una caja de madera rítmicamente. No pudo evitar sonreír¿Cómo sería en aquellos tiempos? Dónde toda la bandada vivía y convive junta, y no eran solo ellos cuatro. ─ Suerte a la Bandada. A Burdock, madre, Clerk Carmine, afortunado. A tam Amber, madre. Que venga la suerte entre las manos Recitó, mientras Imaginaba risas, imaginaba música e imaginaba la calidez de una tarde de primavera. Lenore Dove abrió sus ojos, para encontrarse con el rostro de un desconocido, la música paró de golpe y Tam Amber se levantó serio. ─ Si no traes malas noticias, puedes quedarte con nosotros y comer del guiso a las brasas, si no, vete. ─ Habló Lenore Dove, acostumbrada a las miradas del resto sobre ellos, que les dijeran que eran raros, que creían en cuentos. Pero ¿Que tenía de malo? Sus costumbres venían desde antes del tiempo mismo.
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