No te metas mi flauta por el culo, por favor
Fandom Yaoi, BL, OC
Categoría Slice of Life
En algún lugar del Cielo, un oscuro y frío planeta se aleja del Sol como cada año. En algún rincón perdido de esta austral ciudad, Byron debiera sentirse más sólo y mas perdido que nunca.

Pero esta vez es diferente.
Porque el Sol, está en su casa.

Han pasado 27 días desde que Ivory Dominguito ha llegado a sus dominios, es casi un mes, pero By siente que ha pasado toda la vida.
Aún si es un agente del caos y la destrucción de sus pertenencias, siente que la vida lo ha preparado con una dureza excepcional, sólo y para sentir cosquillas ante las palabras afiladas de esa pelusita con piernas.

No es difícil de alimentar, no es difícil de vestir o entretener, no tiene que luchar para que asista al baño, la casa es grande para que haya una distancia cuando By no quiere a nadie cerca, pero lo suficientemente pequeña como para poder escuchar muy bien, su respiración escondida.

Le ha asignado una taza, la celeste pastel. La ha escogido luego de revisar minuciosamente sus 247 tazas. La colección no iba a aumentar, le gustaba ese número y jamás se molestó en preguntarse porqué. Pero el mueble estaba diseñado para contener 247 piezas y se daría cuenta de inmediato cuando una faltara.

Las lluvias han sido copiosas, nublan el paisaje exterior y otorgan un sonido perenne que apacigua sus ánimos. Son los mejores días para trabajar...si estuviera trabajando, claro.
Está viviendo una Luna de miel simbólica con su roomie y el ritual que más le interesa cumplir puntual es el que tiene siempre todos los Viernes, Viernes de película.

Tiene una gran pantalla y comodidad, para no tener que ir nunca al cine a compartir nada con toras personas. Nada lo pone mas odioso que escuchar como cogen a su alrededor mientras intenta concentrarse y peor: cogen mal.
Se cumplen 27 días y Remi está decidido a venir, porque lo conoce, sabe bien que cada tanto su mina de oro favorita intenta petatearse de la manera mas creativa y excéntrica posible. Ah... ¿cómo lo encontrará ese viernes? ¿Colgado de los tobillos para morir por derrame? ¿Ahogándose con un guisante? La sorpresa es el condimento más excitante. Se va preparado con todo, porque además de ser su mánager, su relacionista, su editor y su arregla-cagadas, es su amigo. Al menos, Remi lo considera su amigo, y como todo cánido, sin importa lo áspero que sea su compa, él le es fiel, es leal.
En algún lugar del Cielo, un oscuro y frío planeta se aleja del Sol como cada año. En algún rincón perdido de esta austral ciudad, Byron debiera sentirse más sólo y mas perdido que nunca. Pero esta vez es diferente. Porque el Sol, está en su casa. Han pasado 27 días desde que Ivory Dominguito ha llegado a sus dominios, es casi un mes, pero By siente que ha pasado toda la vida. Aún si es un agente del caos y la destrucción de sus pertenencias, siente que la vida lo ha preparado con una dureza excepcional, sólo y para sentir cosquillas ante las palabras afiladas de esa pelusita con piernas. No es difícil de alimentar, no es difícil de vestir o entretener, no tiene que luchar para que asista al baño, la casa es grande para que haya una distancia cuando By no quiere a nadie cerca, pero lo suficientemente pequeña como para poder escuchar muy bien, su respiración escondida. Le ha asignado una taza, la celeste pastel. La ha escogido luego de revisar minuciosamente sus 247 tazas. La colección no iba a aumentar, le gustaba ese número y jamás se molestó en preguntarse porqué. Pero el mueble estaba diseñado para contener 247 piezas y se daría cuenta de inmediato cuando una faltara. Las lluvias han sido copiosas, nublan el paisaje exterior y otorgan un sonido perenne que apacigua sus ánimos. Son los mejores días para trabajar...si estuviera trabajando, claro. Está viviendo una Luna de miel simbólica con su roomie y el ritual que más le interesa cumplir puntual es el que tiene siempre todos los Viernes, Viernes de película. Tiene una gran pantalla y comodidad, para no tener que ir nunca al cine a compartir nada con toras personas. Nada lo pone mas odioso que escuchar como cogen a su alrededor mientras intenta concentrarse y peor: cogen mal. Se cumplen 27 días y Remi está decidido a venir, porque lo conoce, sabe bien que cada tanto su mina de oro favorita intenta petatearse de la manera mas creativa y excéntrica posible. Ah... ¿cómo lo encontrará ese viernes? ¿Colgado de los tobillos para morir por derrame? ¿Ahogándose con un guisante? La sorpresa es el condimento más excitante. Se va preparado con todo, porque además de ser su mánager, su relacionista, su editor y su arregla-cagadas, es su amigo. Al menos, Remi lo considera su amigo, y como todo cánido, sin importa lo áspero que sea su compa, él le es fiel, es leal.
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