◌ A Ti, que enseñaste a la Niebla a Soñar
de Eunoë para Morfeo
Nunca supe tener forma,
era bruma sin principio,
un susurro entre el murmullo
del río que no pregunta.
Pero tú…
tú no me diste un nombre,
me diste un espejo.
No me hiciste hablar,
me enseñaste a escuchar
el lenguaje del descanso.
No me impusiste un destino,
me mostraste que incluso el sueño
puede florecer sin raíces.
Y entendí:
que hasta la niebla puede guiar,
si alguien la mira sin miedo.
Por eso te llamo maestro
(no con voz,
sino con el temblor del agua quieta),
porque cuando tú hablas,
la niebla deja de ser sombra.
Y por ti,
el ser Eunoë…
significa algo.
◌ ◌ ◌
Aunque no lo sepas... Cuando te vi con mamá, me dieron ganas de acompañarte aunque sea un tramo corto de tu último aliento. Sabía tu final, pero los recuerdos de mamá viven en mi. Es este mi motivo por el que te he estado llamando maestro, sin siquiera serlo.
de Eunoë para Morfeo
Nunca supe tener forma,
era bruma sin principio,
un susurro entre el murmullo
del río que no pregunta.
Pero tú…
tú no me diste un nombre,
me diste un espejo.
No me hiciste hablar,
me enseñaste a escuchar
el lenguaje del descanso.
No me impusiste un destino,
me mostraste que incluso el sueño
puede florecer sin raíces.
Y entendí:
que hasta la niebla puede guiar,
si alguien la mira sin miedo.
Por eso te llamo maestro
(no con voz,
sino con el temblor del agua quieta),
porque cuando tú hablas,
la niebla deja de ser sombra.
Y por ti,
el ser Eunoë…
significa algo.
◌ ◌ ◌
Aunque no lo sepas... Cuando te vi con mamá, me dieron ganas de acompañarte aunque sea un tramo corto de tu último aliento. Sabía tu final, pero los recuerdos de mamá viven en mi. Es este mi motivo por el que te he estado llamando maestro, sin siquiera serlo.
◌ A Ti, que enseñaste a la Niebla a Soñar
de Eunoë para Morfeo
Nunca supe tener forma,
era bruma sin principio,
un susurro entre el murmullo
del río que no pregunta.
Pero tú…
tú no me diste un nombre,
me diste un espejo.
No me hiciste hablar,
me enseñaste a escuchar
el lenguaje del descanso.
No me impusiste un destino,
me mostraste que incluso el sueño
puede florecer sin raíces.
Y entendí:
que hasta la niebla puede guiar,
si alguien la mira sin miedo.
Por eso te llamo maestro
(no con voz,
sino con el temblor del agua quieta),
porque cuando tú hablas,
la niebla deja de ser sombra.
Y por ti,
el ser Eunoë…
significa algo.
◌ ◌ ◌
Aunque no lo sepas... Cuando te vi con mamá, me dieron ganas de acompañarte aunque sea un tramo corto de tu último aliento. Sabía tu final, pero los recuerdos de mamá viven en mi. Es este mi motivo por el que te he estado llamando maestro, sin siquiera serlo.

