Domingo 4 de mayo, 2025.
Charming Cemetery, California.
A veces me preguntan por qué miento. Y la verdad es que no sé si es para proteger a los demás… o solo a mí mismo. Pero sé esto: decir la verdad significaría poner todo ese dolor sobre los hombros de alguien más. Y yo ya cargo con suficiente oscuridad como para seguir repartiéndola. No importa cuánto lo intente, cuántas veces me prometa hacer las cosas bien… al final, siempre termino jodiéndolo todo. Porque ese es el tipo de hombre que soy. Uno roto. Uno que aprendió a sobrevivir entre la violencia, la traición y la culpa. Yo no sé amar sin lastimar. No sé querer sin destruir. Por eso, cuando pienso en alguien sano, alguien bueno… sé que no merezco estar cerca. Porque tarde o temprano, todo lo que toco se corrompe. Y eso no es amor. Es veneno. Por eso miento. Porque la verdad, mi verdad… solo hiere.
Charming Cemetery, California.
A veces me preguntan por qué miento. Y la verdad es que no sé si es para proteger a los demás… o solo a mí mismo. Pero sé esto: decir la verdad significaría poner todo ese dolor sobre los hombros de alguien más. Y yo ya cargo con suficiente oscuridad como para seguir repartiéndola. No importa cuánto lo intente, cuántas veces me prometa hacer las cosas bien… al final, siempre termino jodiéndolo todo. Porque ese es el tipo de hombre que soy. Uno roto. Uno que aprendió a sobrevivir entre la violencia, la traición y la culpa. Yo no sé amar sin lastimar. No sé querer sin destruir. Por eso, cuando pienso en alguien sano, alguien bueno… sé que no merezco estar cerca. Porque tarde o temprano, todo lo que toco se corrompe. Y eso no es amor. Es veneno. Por eso miento. Porque la verdad, mi verdad… solo hiere.
Domingo 4 de mayo, 2025.
Charming Cemetery, California.
A veces me preguntan por qué miento. Y la verdad es que no sé si es para proteger a los demás… o solo a mí mismo. Pero sé esto: decir la verdad significaría poner todo ese dolor sobre los hombros de alguien más. Y yo ya cargo con suficiente oscuridad como para seguir repartiéndola. No importa cuánto lo intente, cuántas veces me prometa hacer las cosas bien… al final, siempre termino jodiéndolo todo. Porque ese es el tipo de hombre que soy. Uno roto. Uno que aprendió a sobrevivir entre la violencia, la traición y la culpa. Yo no sé amar sin lastimar. No sé querer sin destruir. Por eso, cuando pienso en alguien sano, alguien bueno… sé que no merezco estar cerca. Porque tarde o temprano, todo lo que toco se corrompe. Y eso no es amor. Es veneno. Por eso miento. Porque la verdad, mi verdad… solo hiere.
