
Ella había ensayado cada palabra en su mente, cada pregunta que deseaba hacerle a Morfeo. Pero cuando llegó al claro de los sueños, solo encontró el eco tenue de su presencia disolviéndose como humo. Morfeo se había marchado momentáneamente. Había cruzado al mundo de los vivos.
La bruma que la componía se estremeció con una leve vibración melancólica.
"¿Por qué me deja solin solita...?"murmuró, con esa vocecita de niebla que apenas rozaba el aire.
Sin embargo, en lugar de quedarse quieta, tomó una decisión. Si Morfeo podía ir al mundo tangible, si su madre caminaba entre memorias y olvidos, ella también quería… aunque fuera solo un poco, aunque fuera un simulacro.
Cerró lo que serían sus ojos —si los tuviera— y comenzó a reunir su niebla. Concentró la esencia de su ser, tejió filamentos de su sustancia etérea y comenzó a formar lo que creía eran manos.
Primero un dedo… luego otro… luego el tercero. Cada uno temblaba, inestable como un recuerdo en proceso de olvido, pero finalmente, tenía manos.
"¡Lo hice!"exclamó con un orgullo tembloroso, solo para sentir que todo giraba como espirales de tinta en agua. Su bruma se agitó como si estuviera mareada, sin dirección. Quiso avanzar al cabello… tal vez unos rizos, o tal vez liso, aún no lo decidía… pero no pudo.
"Huevitos revueltos… me siento como huevitos revueltos"dijo con tono derrotado, girando en espiral sobre sí misma, hasta quedar suspendida entre capas de ensueño.
Así se quedó, una nube con manos, soñando que un día lograría tener forma completa, o al menos, un poco de cabello.
:STK-95:
Ella había ensayado cada palabra en su mente, cada pregunta que deseaba hacerle a Morfeo. Pero cuando llegó al claro de los sueños, solo encontró el eco tenue de su presencia disolviéndose como humo. Morfeo se había marchado momentáneamente. Había cruzado al mundo de los vivos.
La bruma que la componía se estremeció con una leve vibración melancólica.
"¿Por qué me deja solin solita...?"murmuró, con esa vocecita de niebla que apenas rozaba el aire.
Sin embargo, en lugar de quedarse quieta, tomó una decisión. Si Morfeo podía ir al mundo tangible, si su madre caminaba entre memorias y olvidos, ella también quería… aunque fuera solo un poco, aunque fuera un simulacro.
Cerró lo que serían sus ojos —si los tuviera— y comenzó a reunir su niebla. Concentró la esencia de su ser, tejió filamentos de su sustancia etérea y comenzó a formar lo que creía eran manos.
Primero un dedo… luego otro… luego el tercero. Cada uno temblaba, inestable como un recuerdo en proceso de olvido, pero finalmente, tenía manos.
"¡Lo hice!"exclamó con un orgullo tembloroso, solo para sentir que todo giraba como espirales de tinta en agua. Su bruma se agitó como si estuviera mareada, sin dirección. Quiso avanzar al cabello… tal vez unos rizos, o tal vez liso, aún no lo decidía… pero no pudo.
"Huevitos revueltos… me siento como huevitos revueltos"dijo con tono derrotado, girando en espiral sobre sí misma, hasta quedar suspendida entre capas de ensueño.
Así se quedó, una nube con manos, soñando que un día lograría tener forma completa, o al menos, un poco de cabello.

