Me estás dejando hueco el corazón... Y tal vez yo al tuyo.
Eh arrancado partes de mi escencia y mi ser. también... Eh modificado muchas cosas sobre mi mismo.
No es que no quiera darlo todo...
Es que todo, se avalanza sobre mi.
Y está en mi la cegues de quedarme quieto, porque al primer paso pequeño, caigo en un aberrante abismo, un barranco en dónde escalar lastima mis manos, mis pies pero no mi espíritu.
Y cuando estoy por salir del abismo, tomo la piedra incorrecta... Qué desbalancea mi centro y vuelvo a la oscuridad de dónde estaba por salir.
Aunque en el día es más visible, y en la oscuridad no sea imposible, aún hay un hilo de esperanza que quiero tomar como a una cuerda y salir del pozo en donde estoy.
Si los demonios están bajo tierra, y estos son peor que escoria... Qué hago con mi corazón y mi ser al querer morir antes que tú.
Él querer protegerme de tu ausencia, de tu falta, de los rayos de oscuridad que salen cuando te veo aunque estés mal humorado, apartado y en desgracia.
Y es que cuando llegó al borde... Y al fin veo tu mano, no veo las flechas de tu espalda... Ni tú el veneno de la serpiente en mi palma.
Y ambos nos aferramos... Antes de dejarnos caer por el dolor, ambos nos entregamos, Pero... ¿es suficiente ese amor?
El temor de mi crece día con día,
no con tu dulce sonrisa aunque no sepas sobre mi poesía,
si no con la mirada de tus justas razones cuando no las veo,
cuando me enciclo en mi ser inconsciente a no importarme nada más que en escalar esa montaña... En ser suficiente.
Y es que mis palabras no tienen efecto, aunque tú y yo luchamos con el afecto,
no es culpa tuya querer más que lo perfecto, Pero lo perfecto en mi no cabe en este cuerpo.
Y yo sobó con la mayor delicadeza y sutilileza tus heridas, aunque quejes de dolor y te encierres en tonterías,
porque te e puesto delante de mí muchas veces,
por calmar tu ira que me a aplastado sin piedad alguna, sin enterneces.
Eh arrancado partes de mi escencia y mi ser. también... Eh modificado muchas cosas sobre mi mismo.
No es que no quiera darlo todo...
Es que todo, se avalanza sobre mi.
Y está en mi la cegues de quedarme quieto, porque al primer paso pequeño, caigo en un aberrante abismo, un barranco en dónde escalar lastima mis manos, mis pies pero no mi espíritu.
Y cuando estoy por salir del abismo, tomo la piedra incorrecta... Qué desbalancea mi centro y vuelvo a la oscuridad de dónde estaba por salir.
Aunque en el día es más visible, y en la oscuridad no sea imposible, aún hay un hilo de esperanza que quiero tomar como a una cuerda y salir del pozo en donde estoy.
Si los demonios están bajo tierra, y estos son peor que escoria... Qué hago con mi corazón y mi ser al querer morir antes que tú.
Él querer protegerme de tu ausencia, de tu falta, de los rayos de oscuridad que salen cuando te veo aunque estés mal humorado, apartado y en desgracia.
Y es que cuando llegó al borde... Y al fin veo tu mano, no veo las flechas de tu espalda... Ni tú el veneno de la serpiente en mi palma.
Y ambos nos aferramos... Antes de dejarnos caer por el dolor, ambos nos entregamos, Pero... ¿es suficiente ese amor?
El temor de mi crece día con día,
no con tu dulce sonrisa aunque no sepas sobre mi poesía,
si no con la mirada de tus justas razones cuando no las veo,
cuando me enciclo en mi ser inconsciente a no importarme nada más que en escalar esa montaña... En ser suficiente.
Y es que mis palabras no tienen efecto, aunque tú y yo luchamos con el afecto,
no es culpa tuya querer más que lo perfecto, Pero lo perfecto en mi no cabe en este cuerpo.
Y yo sobó con la mayor delicadeza y sutilileza tus heridas, aunque quejes de dolor y te encierres en tonterías,
porque te e puesto delante de mí muchas veces,
por calmar tu ira que me a aplastado sin piedad alguna, sin enterneces.
Me estás dejando hueco el corazón... Y tal vez yo al tuyo.
Eh arrancado partes de mi escencia y mi ser. también... Eh modificado muchas cosas sobre mi mismo.
No es que no quiera darlo todo...
Es que todo, se avalanza sobre mi.
Y está en mi la cegues de quedarme quieto, porque al primer paso pequeño, caigo en un aberrante abismo, un barranco en dónde escalar lastima mis manos, mis pies pero no mi espíritu.
Y cuando estoy por salir del abismo, tomo la piedra incorrecta... Qué desbalancea mi centro y vuelvo a la oscuridad de dónde estaba por salir.
Aunque en el día es más visible, y en la oscuridad no sea imposible, aún hay un hilo de esperanza que quiero tomar como a una cuerda y salir del pozo en donde estoy.
Si los demonios están bajo tierra, y estos son peor que escoria... Qué hago con mi corazón y mi ser al querer morir antes que tú.
Él querer protegerme de tu ausencia, de tu falta, de los rayos de oscuridad que salen cuando te veo aunque estés mal humorado, apartado y en desgracia.
Y es que cuando llegó al borde... Y al fin veo tu mano, no veo las flechas de tu espalda... Ni tú el veneno de la serpiente en mi palma.
Y ambos nos aferramos... Antes de dejarnos caer por el dolor, ambos nos entregamos, Pero... ¿es suficiente ese amor?
El temor de mi crece día con día,
no con tu dulce sonrisa aunque no sepas sobre mi poesía,
si no con la mirada de tus justas razones cuando no las veo,
cuando me enciclo en mi ser inconsciente a no importarme nada más que en escalar esa montaña... En ser suficiente.
Y es que mis palabras no tienen efecto, aunque tú y yo luchamos con el afecto,
no es culpa tuya querer más que lo perfecto, Pero lo perfecto en mi no cabe en este cuerpo.
Y yo sobó con la mayor delicadeza y sutilileza tus heridas, aunque quejes de dolor y te encierres en tonterías,
porque te e puesto delante de mí muchas veces,
por calmar tu ira que me a aplastado sin piedad alguna, sin enterneces.

