Había algo en la forma en que buscaba atención, tan natural, como si fuera algo que debía seguir sin preguntarse por qué. La línea entre el cariño y la obsesión se desdibujaba, sin que se diera cuenta de cómo el simple acto de estar allí, constantemente, comenzaba a dejar marcas invisibles, pero profundas. A veces, las intenciones no eran claras, y lo que parecía solo una amistad se convertía en una cadena que, sin querer, comenzaba a ahogar más que a liberar.
—¿Humanos? No... Pero padecen de lo mismo... Desesperación.
—¿Humanos? No... Pero padecen de lo mismo... Desesperación.
Había algo en la forma en que buscaba atención, tan natural, como si fuera algo que debía seguir sin preguntarse por qué. La línea entre el cariño y la obsesión se desdibujaba, sin que se diera cuenta de cómo el simple acto de estar allí, constantemente, comenzaba a dejar marcas invisibles, pero profundas. A veces, las intenciones no eran claras, y lo que parecía solo una amistad se convertía en una cadena que, sin querer, comenzaba a ahogar más que a liberar.
—¿Humanos? No... Pero padecen de lo mismo... Desesperación.

